Semana Santa en Sevilla

 

Roser

 

 

En Semana Santa me fui para Sevilla,
al llegar allí, se palpaba la alegría,
la gente por las calles, corrían
para ver salir a la cofradía.
Apoyada en la barandilla del balcón,
para ver pasar aquella procesión
y poder cantarle una Saeta
a la Virgen de la Regla.
¡ Qué paso Dios Mío!
que hermoso manto dorado y blanco
llevaba la Virgen... con lágrimas de llanto,
rodeada de gladiolos y claveles,
todos blancos como nácar,
y un sonar de cascabeles.
¡Que bonita estaba la Virgen!
que carita mi niña ponía,
que pena, penita sentía,
que dolor en el pecho tenía.
Bajando los costaleros a la Virgen
para volverla a subir,
con los hombros ensangrentados
por el peso de aquél paso inmaculado.
Parecía que la Virgen bailara
unas alegres Sevillanas.
Mis ojos se llenaron de lágrimas
al oír que de mi garganta...
una Saeta le cantaba...
“La Virgen está llorando de pena;
de pena por ver a su hijo
con la cruz a cuestas”.
Sevilla iluminada,
llena de gentío, de emoción,
de sentimiento y devoción.
¡Ésta es mi Sevilla!