Magnificat

 

José de Valdivielso

 

 

Al inmenso Señor de lo criado 
engrandece mi alma y magnifica, 
y en Dios, que es mi salud, arrebatado 
mi espíritu sus gracias multiplica. 
Porque miró desde su trono amado 
la humildad que su sierva le dedica, 
con devoción de espíritus ardientes, 
bendita me dirán todas las gentes. 

»El infinito y todopoderoso 
hizo en mí, indigna, cosas portentosas, 
siendo su nombre santo y glorioso 
en todas las regiones espaciosas; 
y de su pecho misericordioso 
se verán por edades venturosas, 
para los que le temen, siempre abiertas 
de su clemencia las sagradas puertas. 

»En su brazo de intensa fortaleza 
hizo fuerza, su gran valor mostrando, 
de la poca segura y vana alteza 
los altivos soberbios derribando; 
levanto los humildes su grandeza, 
los poderosos de su asiento echando; 
enriqueció de bienes los hambrientos, 
haciendo empobrecer los avarientos. 

»De su misericordia no olvidado 
Israel recibió al que esta conmigo 
cumpliendo la palabra que había dado 
al tío de Loth y a los del pueblo amigo. 
Seas, eterno Señor, glorificado, 
que en nombre de los hombres te bendigo, 
y eternamente te bendiga el cielo, 
supliendo lo que falta a mi buen celo».