Sobre María y San Jose.

 

Gustavo Daniel D´Apice

 

 

Las advocaciones de la Santísima Virgen María, se adaptan a la cultura de los pueblos y al mensaje que Dios quiere comunicar en ese momento concreto de la historia con tal o cual advocación, en determinado o determinados lugares, o universalmente.

Por supuesto que hay una gran ausencia en nuestra expresión con referencia a San José.
Esa misma pregunta me hacían en un canal televisivo con motivo de la Navidad: Por qué se habla tan poco de San José.

Sin embargo, es verdadero padre, virginal, de Jesús, y la educación y crianza de Jesús dependían tanto de la Santísima Virgen como de San José.

Es más, la ascedencia davídica y mesiánica, le viene a Jesús por el papá, en este caso, por medio de José, que es descendiente de David (cfr. comienzo del Evangelio de Mateo, en que todas las referencias de la infancia de Jesús están referidas a José, así como en Lucas están referidas a María).

La Josefología (el estudio de San José), han crecido mucho en los últimos tiempos, a tal punto que, no infaliblemente, pero sí en la fe teológica y popular, se le van adjudicando las mismas prerrogativas de la Virgen: Ya hay ermitas católicas dedicadas a la Asunción de San José, se piensa que fue inmaculado, siempre virgen en su pureza, y verdadero padre de Dios, aunque no en la carne.

Por lo tanto sí, si María es inseparable de Jesús, también lo es de José, porque ambos contribuyeron de manera singular en la crianza y educación del Hijo de Dios hecho hombre