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Reflexiones
Marianas
Libro:
Es Cristo que pasa
San
Josemaría Escrivá de Balaguer
Por
Maria hacia Jesús
En
aquella romería de que os hablaba al principio, mientras caminábamos hacia
la ermita de Sonsoles, pasamos junto a unos campos de trigo. Las mieses
brillaban al sol, mecidas por el viento. Vino entonces a mi memoria un texto
del Evangelio, unas palabras que el Señor dirigió al grupo de sus discípulos:
¿No decís vosotros: ea, dentro de cuatro meses estaremos ya en la
siega? Pues ahora yo os digo: alzad vuestros ojos, tended la vista por los
campos y ved ya las mieses blancas y a punto de segarse. Pensé una vez
más que el Señor quería meter en nuestros corazones el mismo afán, el
mismo fuego que dominaba el suyo. Y, apartándome un poco del camino, recogí
unas espigas para que me sirvieran de recordatorio.
Hay que abrir los ojos, hay que saber mirar a nuestro alrededor y reconocer
esas llamadas que Dios nos dirige a través de quienes nos rodean. No
podemos vivir de espaldas a la muchedumbre, encerrados en nuestro pequeño
mundo. No fue así como vivió Jesús. Los Evangelios nos hablan muchas
veces de su misericordia, de su capacidad de participar en el dolor y en las
necesidades de los demás: se compadece de la viuda de Naím, llora por la
muerte de Lázaro, se preocupa de las multitudes que le siguen y que no
tienen qué comer, se compadece también sobre todo de los pecadores, de los
que caminan por el mundo sin conocer la luz ni la verdad: desembarcando
vio Jesús una gran muchedumbre, y enterneciéronsele con tal vista las
entrañas, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a instruirlos en
muchas cosas.
Cuando somos de verdad hijos de María comprendemos esa actitud del Señor,
de modo que se agranda nuestro corazón y tenemos entrañas de misericordia.
Nos duelen entonces los sufrimientos, las miserias, las equivocaciones, la
soledad, la angustia, el dolor de los otros hombres nuestros hermanos. Y
sentimos la urgencia de ayudarles en sus necesidades, y de hablarles de Dios
para que sepan tratarle como hijos y puedan conocer las delicadezas
maternales de María.
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