¿Cómo ves a María?

 

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

 

Ante la riqueza espiritual de María cada uno puede tener actitudes distintas motivadas muchas veces por las situaciones en que vivimos.

No siempre nos imaginamos a María de la misma manera, reflejo de esto es la variedad de esculturas y pinturas en las que los autores nos han querido expresar lo que ellos sentían y como veían a María.
A veces la contemplamos como Reina y Señora, así la proclamamos al tenerla como patrona de un pueblo, cuidad, región o nación. Entonces Ella es la que nos guía, de quien nos fiamos, quien nos consigue todo de su Hijo. Otras veces nos gusta imaginárnosla como cercana a nosotros, como si fuera una persona más que sabe de alegrías y tristezas, de apuros y bochornos. 

Nos la representamos como aparece en el Evangelio:
o Sencilla, sin pretensiones de grandeza, como parece en la Anunciación.
o Servicial, ayudando a su prima Isabel.
o Humilde, consciente de que toda su grandeza es don gratuito de Dios.
o Silenciosa en la prueba de fidelidad a José.
o Piadosa, cumpliendo las prescripciones de la ley.
o Amable, presentando su Hijo a los pastores y Reyes Magos.
o Austera, compartiendo el destierro en Egipto.
o Detallista, preocupada para que saliera bien la fiesta de la boda de Caná.
o Fuerte ante el dolo como lo demostró en el Calvario.
o Misericordiosa, acogiendo a los discípulos después del “abandono” del Calvario.
El Evangelio nos presenta a María asequible, comunicativa, sin pronunciamiento solemnes de grandeza.
¿Cómo te imaginas a María?.
o Es Señora, aunque se proclame esclava.
o Es poderosa, aunque reconozca su “nada”
El denominador común de todo lo que pensemos de María es que es Madre.