Pensando en María

 

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

 

   Primero amor a la Virgen, después hablar de Ella.

  Ostentar una imagen de María,, si no es fruto de una amor, no tiene sentido.

   De María me hablan muchas cosas y acontecimientos.

  María es la Mujer por antonomasia, es figura ejemplar como ninguna.

    Hablemos a María, Ella nos presentará a Jesús.

   Quien imita a María le será fácil creer en sus privilegios.

    El culto a María no está en crisis, estamos en la “era de María”.

   María es la aurora, que nos anuncia a Jesús, Luz del mundo.

  Por María llega Jesús a nosotros.

    Jesús y María están unidos en la común empresa de salvar a los hombres.

Quien achica la figura de María, desfigura la de Cristo.

   En la mente de Dios María ocupó un lugar privilegiado.

    María fue el primer sagrario viviente.

    Todo el plan de Dios estuvo supeditado al Sí de María.

   Dios quiso “necesitar” de María  para salvarnos.

   La criatura humana que con “derecho” puede tener una relación personal con Dios es María.

   María es el lugar de encuentro con Cristo, Dios y Hombre.

   María ha sido siempre propiedad exclusiva de Dios.

   Dentro de las posibilidades humanas María es la única morada digna de Dios.

   María es la “obra” de Dios por excelencia.

   La vida de María fue un continuo Sí a la voluntad de Dios.

    María fue la elegida no por oposición, sino por libre voluntad de Dios, para que fuera su Madre.

   María se llama “La esclava del Señor” y los hombre la llamamos Señora.

    El amor a María va en proporción directa con el de Jesús.