Que
no sea un adorno
Padre Tomás Rodríguez Carbajo
Hay
objetos útiles y los hay de
adorno. Estos tienen como finalidad el hermosear a la persona que lo lleva o
la estancia en que se coloca.
A
veces se les cambia el uso natural y normal de las cosas, motivando dicha
acción la ignorancia en la mayoría de los casos o la costumbre
indebidamente introducida. Así tenemos objetos religiosos, que deben tener
como primera finalidad el uso religioso, y sin embargo muchos los emplean
con la sola finalidad de ornamentación.
¿Qué
hacen muchas medallas y cruces colgadas en tantos cuellos? ¿Qué significa
para ellos llevarlas? ¿Cuál es el motivo por el que se las han puesto? ¡Qué
ilógico el que sirva de altar para un objeto religiosos el pecho de un alma
habitualmente en pecado mortal!.
Entre
los objetos religiosos tenemos uno, el rosario, que es muy usado y no
siempre con fines religiosos, para su rezo, sino para adorno. Si pretender
generalizar: ¿Porque tantos
rosarios cuelgan de las paredes de alguna casa, se le lleva en el coche en
la parte de atrás, entrelaza las manos ya muertas de muchos cristianos, o
cuelgan de las manos de ciertas personas, quienes tal vez se fijan más en
el valor material de rosario que en la manera de rezarlo?.
Las
personas que lo tienen ante su
vista todos los días y no lo rezan, lo tiene como adorno, como un objeto más
o menos valiosos, pero no como instrumento de oración.
Por
qué entrelazar las manos cadavéricas con un rosario, si en vida no lo
tocaron para ir desgranándolo en honor de Nuestra Madre?.
Por
favor, respetemos el uso normal de las cosas, cada una tiene su finalidad,
la de un objeto religioso no es para adornar, sino de medio de comunicación
con Dios, siempre que lo empleemos debidamente.
Para
el cristiano no le importa el valor material del objeto religioso, sino el
servicio que le presta, sin embargo para un profano sólo le interesa la
materialidad de objeto y el servicio ornamental que le presta.
El
rosario por ser objeto religioso, ¡Que no sea un adorno!
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