Los evangelizadores se apoyan en María

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

Los primeros misioneros del descubrimiento provenían de tierras de eminente tradición mariana, junto con los rudimentos de la fe cristiana enseñaba al amor a la Madre de Jesús. (Juan Pablo II en la basílica de Ntra. Señora de Guadalupe).  

“La Conquistadora”.

Los misioneros y conquistadores llevaron el amor a la Virgen expresado en imágenes y devociones de corte occidental, pero al llegar a aquellas tierras pronto toma una nueva y original configuración, se le llamará ya en los primeros años y concretamente como “La Conquistadora”.

No es que tuviera una nueva forma de representarla, pues, S. Roque González (primer santo paraguayo canonizado por Juan Pablo II el 16 de mayo de 1988) daba este nombre de “La Conquistadora” a la imagen que siempre llevaba en sus correrías en medio del mundo guaraní. Con este mismo nombre se conocía la Inmaculada y la Virgen de las Mercedes.

Este nombre de “La Conquistadora” era un poco ambiguo.

La fe mariana de los Conquistadores, confirmada con repetidos milagros atribuidos a la Cruz y a la Virgen, realizados con ocasión de acciones militares y similares, hizo que incorporasen a María a la empresa hispana de la conquista, pero ésta, en su globalidad, no era tan pura como si fuera una empresa netamente evangelizadora, así lo demuestran las denuncias hechas enérgicamente por Fray Antonio de Montesinos en su célebre sermón del cuarto domingo de adviento en 1511.

Esta ambigüedad afectaba al mundo indígena, quienes desde su perspectiva se trataba de una guerra entre pueblos y dioses. Esto lo encontramos confirmado en el hecho del martirio de S. Roque González, se encontró el lienzo de la Virgen rasgado en dos partes, simbólicamente destrozando la imagen de “La Conquistadora”, que el misionero llevaba consigo y que designaba con dicho nombre. Hechos parecidos encontramos el martirio de otros misioneros.

Los misioneros intentaron aclarar aquella ambigüedad con el calificativo de “Conquista espiritual”.  

Los misioneros se apoyan en María.

El anterior nombre de “La Conquistadora” encubría para los misioneros el nombre de “La Evangelizadora”.

Las Congregaciones religiosas que se fueron a tierras americanas dejaron allí su impronta de devoción a María.

"         Los Dominicos difundieron y propagaron el rezo de la Salve, la devoción Sabatina a la Virgen, la consagración del mes de octubre y el rezo del Santo Rosario.

"        Los Agustinos han dejado su huella mariana en varios santuarios: En Colombia, la Popa (Cartagena de Indias) y el de la Candelaria en Leiva; en Perú el de Guadalupe en el Valle de Chicama; en Bolivia el de Copacabana y Pucariní.

"         Los Franciscanos se han distinguido siempre por su devoción y difusión del amor a la Virgen en el misterio de la Inmaculada Concepción y en el Nuevo Mundo ampliamente la propagaron. En México hicieron popular la Virgen de Zapopán y la de Nuestra Señora de Izmal.

Propulsaron la devoción de la Virgen de Itatí, que es la más antigua hecha por manos argentinas.

"         Los Mercedarios propagaron la imagen de la Virgen de la Merced, es Patrona de varias Repúblicas, v.gr. Perú y a veces ha sido declarada Generala de sus ejércitos nacionales.

"         Los Jesuitas contribuyeron a difundir la devoción a la Virgen. No tenían una advocación específica, así en Quito propagaran la devoción a Nuestra Señora de Loreto; en las orillas del río Magdalena en Colombia el P. Alonso de Sandoval difundió la devoción a Nuestra Señora del Milagro. Un centro de irradiación de la piedad mariana fueron las conocidas “reducciones” en Paraguay. Ya en 1610 comenzaron a organizar las Congregaciones marianas en la primera ciudad indígena consagrada a Nuestra Señora.

 

María foco de evangelización.

La acción evangelizadora por medio de María se incrementó de una manera exorbitante por medio providenciales allí en donde había florecido los dos grandes imperios de la América precolombina:

"      La aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531 en lo que fuera el imperio azteca.

Los indígenas la saludaban: ¡Noble indita! ¡Madre de Dios! ¡Noble indita! ¡Toda nuestra!.

"        La Virgen de Copacabana en la meseta del Collao, en el altiplano que une a Bolivia con Perú. La imagen fue labrada por el indio Tito Yupanqui.

En lo que fue  el imperio Inca María atraía a numerosos pobladores desde 1583 en que se estableció en aquella región.

María ha ejercido siempre un papel decisivo en la evangelización de todos los pueblos, la podemos llamar con todo derecho: Madre de Dios y Madre Nuestra.