María en la Obra Redentora de Dios

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

    María fue la realización más perfecta de la vida de Jesús.

    La virgen María es quien llegó a gozar la más alta transformación espiritual en Dios.

    María por el “sí” de la Anunciación consiguió lo que todos los hombres necesitábamos, la venida del Salvador. 

     María es la única mujer que puede llamar a Dios, Hijo.

    El “sí” de María hace a Dios nuestro prójimo.

    María no perdió ninguna oportunidad para aumentar su amor a Dios.

    María hace un canto a la felicidad en el Magnificat.

    María es el gran portavíatico de Dios.

     Por María se acercó Dios a los hombres.

    “La muerte vino por Eva, la vida por María” (S. Jerónimo)

    “Eva es la madre de los hombres por generación natural, María es la Madre de la Iglesia por generación espiritual” (S. Agustín)

    María y la Iglesia están íntimamente unidas, por voluntad de Dios, en el plan de la redención. (Isaac de Stella)

  Maria dió el Salvador al mundo.

    María es arquetipo de la Iglesia (L.G. 63)

    María es el fruto más espléndido de la redención (S.C. 103)

    María no es un elemento pasivo, sino una cooperadora de la salvación humana (L.G. 56)

    La Madre sufrió en su alma la pasión que el Hijo padeció en su cuerpo. (S. Alberto Magno)

    Habiendo Dios de redimir al mundo, empezó su obra por María, para que fuese la primera en aprovecharse de los frutos de su Hijo, ya que por Ella se preparaba la salud a todos. (S. Ambrosio)

    El don de la Madre era el don final que El concedía a la humanidad como fruto de su sacrificio. (Juan Pablo II).