María y la manifestación de Jesús en las bodas de Caná

D.P. Gonzalo Sandoval Romero

"Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba la Madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos y como faltaba vino, por que se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su Madre: No tienen vino». Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo mujer?» Todavía no ha llegado mi hora «y dice su Madre a los sirvientes: Haced lo que Él os diga».

Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: ‘Llenad las tinajas de agua" y las llenaron hasta arriba. "Sacadlo ahora y llevadio al maestresala". Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llamó el maestresala al novio y le dijo "Todos sirven primero el vino bueno, y cuando ya están bebidos, el inferior. Así, tú has guardado el vino bueno hasta ahora". Así en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria y creyeron en El sus discípulos». (Jn 2, 1-12).

El Milagro de las Bodas de Caná situado por Juan en la primera semana del ministerio público de Jesús. Es un relato epifánico, como lo refiere el Evangelista al final, "manifestó su gloria y creyeron en El sus discípulos". Dentro de esta intencionalidad teológica están todos los detalles de este relato.

«Después de tres días". Juan con esta expresión le da un gran contenido simbólico: Evoca la creación, la perfección, la prontitud del auxilio de Dios, la resurrección, la plenitud.

"Estaba allí la Madre de Jesús". Es una presencia activa. El hecho de estar allí cuando llegaron Jesús y sus discípulos, insinúa la presencia del Antiguo Testamento, incluidas las tinajas de la purificación, para la llegada de la Nueva Alianza. "La Madre de Jesús" es como Juan llama a Maria cuando narra el acontecimiento; y cuando la pone en boca de Jesús la llama "MUJER". Aparece no sólo en la Encarnación. Jesús la ve como mujer de fe y prototipo del Nuevo Israel.

No tienen vino’. El significado obvio, natural, es la normal preocupación de Maria. por ayudar a unos novios pobres (una fiesta de boda sin vino) es una situación embarazosa en la fiesta. Detrás de ella se ve la idea salvifíca de reparar el agotamiento de la Vieja Alianza, con el vino nuevo de la salud de Cristo.

"MUJER... Aún no ha llegado mi hora", entre las muchas interpretaciones que se le dan a este paso propio de Juan, la más acertada parece ser la que indica Jesús al llamar a su Madre "MUJER": equivale a nuestro respetuoso "SEÑORA" y con sentido colectivo; y al usar la frase "¿Qué tengo yo contigo? la mención cíe "su hora" está desglosando la situación familiar que no pudo excluir de su función mesiánica. Prueba de ello es la inmediata reacción de Maria.

"Haced lo que Él os diga". Juan refiere únicamente las palabras y las acciones que destacan la Fe de Maria y la acción salvifíca de Jesús, que corresponde a tal Fe. Maria ha captado que no es su autoridad de Madre, ni su insistencia, lo que decidirá a su Hijo a resolver esa necesidad; pero sabe que lo hará en su calidad de Mesías. Por eso Ella se pone en sus manos e invita a todos a hacer lo mismo. Las seis tinajas de agua convertida en vino, es una evocación de la conversión del agua -como en la que se lavó Pilatos las manos, que estaba también destinada a las purificaciones de los Judíos- en vino bueno, en el vino bueno de la Nueva Alianza.

"Jesús es el novio", y Él quien da el vino; pero lo da gracias a una sugerencia de Maria.

"Así en Caná de Galilea, Jesús dio comienzo a sus señales y manifestó su gloria y creyeron en El sus discípulos".

El carácter epifánico del milagro. Jesús lo hizo para manifestar su gloria, es decir, para revelar su relación con Dios, y Juan al decir "creyeron sus discípulos", está narrando una de estas que se han escrito para que creamos que "Jesús es el Hijo de Dios y creyendo tengamos vida en su nombre" (Jn 20,30).

El relato de Caná forma "inclusión semítica" con la escena del calvario y el elemento clave es el título de Mujer dado a Maria en una y otra ocasión. El evangelista nos muestra cómo la Madre de Jesús estuvo íntimamente ligada a su Hijo desde el comienzo de su obra mesiánica hasta el instante de su entrega en la Cruz.

Fuente: elcatolicismo.com.co