María tiene capacidad de comprendernos 

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

Hay muchas personas, que en ciertas épocas de su vida o en circunstancias especiales por las que pasan, se sienten incomprendidas. Todos no tienen las mismas causas, pero sí el mismo resultado: La incomprensión. 

Entendemos por “comprender a una persona”, amarla como es, no como quisiéramos que fuera.

El problema, que exige por nuestra parte comprensión, podemos conocerlo por caminos distintos: Por referencia y por experiencia. Nunca será el mismo grado de conocimiento, empleando uno u otro camino. Ni que decir tiene que nos da un mayor y más seguro conocimiento la experiencia que la referencia.

Hay problemas que no pasan igual a todas las personas, y cuando queremos llegar hasta el fondo de quien está pasando por un duro trance, nos vemos impotentes para intentar ayudarle.

María es la mujer más sensible y delicada que nos podemos encontrar en la vida; tal vez será por la capacidad que ha demostrado ante el dolor y éste la ha curtido más para sí misma, y la ha hecho más sensible ante los problemas de los otros. Aparte de esto, Ella ha pasado por una lista de variados y amargos momentos de apuro, por eso está capacitada para comprendernos. 

Sin pretender hacer una lista exhaustiva, podemos recoger una gama de problemas de matices distintos, que en nuestros días inquietan a muchas personas, a todas ellas María las sabe comprender, pues, por idénticas o parecidas situaciones pasó Ella. 

î  María comprende a las jóvenes que se enamoran por primera vez y no pueden expresar aquello que en su interior están viviendo.

î  María comprende a las personas que se ponen al servicio del prójimo, pues, Ella fue a servir a su prima Isabel.

î  María comprende a la madre soltera, que , aunque la sociedad sea muy relajada, se encuentra muchas veces con la incomprensión de personas, que la rodean. María sufrió durante algún tiempo las dudas de José, sin poder decirle el misterio.

î  María comprende a los miles de personas que en el mundo de hoy viven refugiados en países, que no son los suyos, por el simple hecho de no pensar como los que en ese momento ocupan el gobierno de la nación. María tuvo que refugiarse en Egipto por defender a su Hijo. Les fue tan amorgo aquel destierro que una vez enterados de la muerte de Herodes el Grande, regresaron a su pueblo natal, Nazaret.

î María comprende a tantas mujeres que se realizan en su vida, ocupando un lugar oscuro ante la sociedad en las faenas domésticas, con la monótona tarea de preparar las comidas y adecentar la casa, pues, Ella era la esposa de José, el carpintero, sin pertenencia a clase social relevante.

î  María comprende a las madres que sufren, porque un hijo se les ha marchado de casa, pues, Ella también pasó por la prueba de haber perdido a su Hijo, cuando tenía doce años.

î  María comprende el desgarro que sufren muchas madres, cuando sus hijos se van haciendo mayores y, por ley de vida, abandonan la casa paterna, pues, Ella sintió humanamente la partida de su Hijo, cuando comenzó su predicación.

î  María comprende los apuros de unos esposos como comprendió a los de Caná, que no había previsto bien sus gastos en un día de fiesta.

î María comprende a la masa de gente anónima, desapercibida para el resto de las personas, pues, Ella se mezclaba entre las muchedumbres, que escuchaban la predicación de su Hijo.

î María comprende a las madres que tienen a sus hijos presos en espera de una sentencia del Juez, pues, Ella se enteró del prendimiento de su Hijo y le siguió de cerca.

î María comprende el dolor inconmensurable de una madre que ve morir a su único hijo de una manera injusta. Ella vio cómo moría Jesús, el Justo, el Hijo de Dios, abandonado por sus amigos y siendo motivo de burla para aquellos que representaban la autoridad religiosa.

î  María comprende a las personas mayores que tiene que estar cuidadas por sus familiares, pues, Ella estuvo al cuidado del discípulo Juan, después de la muerte de Jesús

î María comprende a las mujeres viudas a las que les falta el amparo familiar del esposo y de los hijos, pues, quedó privada de José y de Jesús.  

¿Qué dolor humano no tiene comprensión por parte de María?. Con razón el pueblo fuel con sencillez exquisita para detectar la realidad, que le circunda, ha llamado y sigue llamando a María: “Reina de los mártires”. Bien sabemos que hay dolores espirituales, que punzan más hondamente que los dolores físicos.

María pasó por muchos ratos amargos en su vida, por eso esta capacitada para comprender al que sufre.