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La Virgen Madre, tipo de la Iglesia
José Rivera, José María Iraburu
«La
Virgen Santísima está íntimamente unida con la Iglesia. Como ya enseñó
San Ambrosio, la Madre de Dios es tipo de la Iglesia en el orden de
la fe, de la caridad y de la unión perfecta con Cristo» (LG 63). María es
virgen y madre; y la Iglesia también lo es. María, «creyendo y
obedeciendo, engendró en la tierra al mismo Hijo del Padre» (ib.), y
así es como la Iglesia engendra a Cristo en la humanidad. María concibió
a Jesús aceptando en sí misma la Palabra que el Padre le ofreció;
y la Iglesia «se hace también madre mediante la Palabra de Dios aceptada
con fidelidad» (64).
La
Iglesia Esposa es, como María, virgen fiel, «que guarda pura e íntegramente
la fe prometida al Esposo, y a imitación de la Madre de su Señor, por la
virtud del Espíritu Santo, conserva virginalmente una fe íntegra, una
esperanza firme y una caridad sincera» (ib.; +Redemptoris Mater
42-44).
María
no sólo es tipo de la Iglesia, ella es prototipo de cada cristiano.
En efecto, todos estamos llamados a «engendrar» a Jesús en nuestras
vidas, todos hemos de ser «madres» de Cristo. Dice el Señor: «Quien
hiciere la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mc
3,35). Por tanto, madre de Jesús se hacen cuantos «oyen la palabra
de Dios y la ponen por obra» (Lc 8,21).
En
los autores espirituales este tema ha tenido una larga y bellísima tradición.
Así Isaac de Stella: «Se considera con razón a cada alma fiel como esposa
del Verbo de Dios, madre de Cristo, hija y hermana, virgen y madre fecunda.
Todo lo cual la misma sabiduría de Dios, que es el Verbo del Padre, lo dice
universalmente de la Iglesia, especialmente de María y singularmente de
cada alma fiel» (PL 194, 1862-1863. 1865).
Fuente: gratisdate.org
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