Sólo en María es posible

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

    Ser Madre y Virgen.

    Ser Reina y esclava.

    Ser criatura y Madre del Creador.

    Ser redimida y corredentora.

    Ser “especial”, fuera de serie, Inmaculada.

    Ser bendecida por todas las generaciones.

    Llamar a Dios, Hijo.

    Ser la Mujer por excelencia.

    Ser la llena de gracia.

    Ser la primera en vivir la presencia de Jesús.

    Ser amada por Dios como Madre y como santa.

    Ser el “cajón-sorpresa” de la humanidad.

    Ser ¡un estreno de Dios!

    Ser la Obra maestra de Dios.

    Ser la Omnipotencia suplicante.

    Ser la guardadora fiel de todo lo que oía de Jesús y a Jesús.

    Ser doblemente dichosa: Por ser Madre y escuchar la Palabra.

    Ser el mejor regalo que nos hace Dios, después de su Amor.

    Ser el templo donde se consagró sacerdote el Hijo de Dios.

    Ser el primer sagrario viviente.

Ser Señor del Sí misma y Señora nuestra.