Las sonrisas de María 

Padre Angel Peña O.A.R.

 

Santa Teresita del Niño Jesús cuenta que, cuando tenía 9 años y estaba gravemente enferma, se le apareció la Virgen. Dice: La Santísima Virgen me pareció hermosa, tan hermosa que nunca había visto nada tan bello. Su rostro respiraba bondad y ternura inefables. Pero lo que me llegó hasta el fondo del alma fue la encantadora sonrisa de la Santísima Virgen . Pero muchas veces Nuestra Madre ha sonreído a sus hijos a lo largo de la historia. Un caso extraordinario ocurrió en los Estados pontificios el año 1796. las sonrisas de María comenzaron el 25 de junio de ese año en Ancona (Italia), cuando una imagen de María, de la catedral de la ciudad, conocida bajo el título de Reina de todos los santos, comenzó a tomar vida, abriendo y cerrando los ojos, mirando con amor a los presentes y sonriendo. En una oportunidad, hasta brilló durante todo el día con luz sobrenatural. La imagen era un cuadro pintado de la Virgen, de unos cincuenta centímetros. Ese fue el comienzo de la serie de prodigios, que conmovieron a los Estados pontificios durante nueve meses y que no tienen parangón en la historia del cristianismo.

El 9 de julio, las sonrisas comenzaron en Roma y se sucedieron en otras ciudades, dentro de los Estados de la Iglesia. Esto produjo una avalancha de confesiones y conversiones nunca antes vista. Muchos, incluso protestantes y musulmanes, se convertían. Se organizaron misiones populares, procesiones y oraciones públicas, día y noche, ante las imágenes vivientes que miraban con amor a los devotos y sonreían.

En total, fueron por lo menos 122 imágenes, 2 de santos (san Antonio de Padua y san Liberato), dos crucifijos y el resto, imágenes de la Virgen. Eran imágenes pintadas o esculpidas, que se encontraban en capillas, casas particulares, calles y plazas públicas, a la vista de todos. 

De estas 122 imágenes, 101 eran de la misma ciudad de Roma y las 21 restantes, de otras ciudades. Las autoridades eclesiásticas hicieron una investigación, reducida a 26 de las 101 imágenes milagrosas de Roma, y el 28 de febrero de 1797 concluyeron con el veredicto del cardenal Vicario de Roma de que todas esas imágenes eran verdaderos milagros vivientes. Lo mismo sucedió con las investigaciones llevadas a cabo en las otras ciudades. En Roma, se estableció que todos los años, el 9 de julio, se celebrara una fiesta para conmemorar el inicio de estos milagros en dicha ciudad. Actualmente, esta fiesta se celebra todavía en el santuario de la Virgen del Archetto, donde comenzaron los prodigios, y se celebra el domingo más cercano al 9 de julio.

Es interesante anotar que estos milagros ocurrieron en víspera de la ocupación de los Estados pontificios por los ejércitos de Napoleón, que llevaron cautivo al Papa Pío VI a Francia, donde murió; y que llevaron a cabo una serie de atropellos, matanzas, violencias, violaciones y saqueos por doquier. Esta invasión comenzó el 8 de febrero de 1797, unos ocho meses después del comienzo de los milagros en Ancona. Y todos los testigos destacaron que esta oleada de milagros vivientes, era una prueba más de la presencia viva de María en medio de sus hijos y signo de su protección maternal. Como si les dijera: No tengan miedo, pase lo que pase, yo estaré con mi hijo Jesús, para protegerlos; confíen en nosotros. María los miraba a todos con amor y les sonreía como una buena madre, para darles confianza y fortaleza ante la adversidad .

Otro caso de sonrisas de María sucedió a la vista de todo el mundo, a partir del 2 de abril de 1968 hasta setiembre de 1970, en la cúpula exterior de una iglesia copta en Zeitun, un suburbio del Cairo, en Egipto. Era una iglesia dedicada a la Virgen María, en el lugar donde, según la tradición, la Sagrada Familia había hecho un descanso en su huida a Egipto.

Los primeros que vieron la aparición fueron cinco obreros musulmanes, que creyeron que se trataba de una mujer que quería suicidarse, y telefonearon a la policía y, después, tocaron la puerta de la iglesia para avisar al párroco. Pero María saludaba a todos, sonriendo. Pronto se reunieron miles de personas. Los musulmanes recitaban los versículos del Corán, que se refieren a María, los protestantes entonaban el Magnificat, los ortodoxos entonaban letanías a María en griego litúrgico y los católicos cantaban himnos marianos. Han sido las apariciones más ecuménicas de la historia y donde se dieron muchas curaciones y conversiones entre todos. Sobre las apariciones, existen fotos y filmaciones, y muchos miles de personas que todavía pueden dar testimonio. 

En estas apariciones, muchas veces, venía sola, vestida de blanco; otras veces venía con el niño Jesús. En dos oportunidades, vino con el niño Jesús y san José. Normalmente, se aparecía de noche, pero también de día. En ocasiones, quitaron la luz eléctrica del lugar y se la veía con una luz sobrenatural maravillosa, rodeada de ángeles. La duración de cada aparición era entre un cuarto de hora a dos horas o más. El 8 de junio de 1968 la aparición duró desde las nueve de la noche hasta las cuatro de la mañana. No estaba siempre en el mismo lugar, sino que se desplazaba para que la gente la viera mejor desde los distintos lugares. A veces, se inclinaba para saludar a la gente o se arrodillaba ante la cruz, se santiguaba, y sonreía a todos.

Era realmente un espectáculo impresionante, pues había noches en que se reunían hasta 100.000 personas a la vez. La Virgen era muy bella, según dicen todos, y parecía una joven de unos catorce años.

La Virgen no habló en ningún momento, porque todavía no era la hora de decir a los musulmanes que es la madre de Dios, pues ellos no creen que Jesús es Dios. Tampoco podía decir a los ortodoxos que era la Inmaculada Concepción, pues ellos no aceptaban este dogma, ni podía decir a los protestantes que Ella era la inmaculada, siempre Virgen, Madre de Dios. Pero se presentaba a todos como una madre, que quiere la paz para sus hijos.

El obispo copto dijo sobre estas apariciones: La venida de María ha salvado la paz, preservando Egipto de una guerra civil, pues el presidente Nasser, buscando un chivo expiatorio con ocasión del desastre sufrido en la guerra del 1967 con Israel, había organizado una campaña contra los cristianos, acusándolos de traidores y de ser responsables del desastre. Las apariciones crearon un clima de paz entre todos .

Estas apariciones fueron reconocidas como sobrenaturales por el Patriarca copto de Egipto y por el Patriarca católico. Realmente, en estas apariciones masivas, una vez más, María se presenta como madre de todos, sonriendo a todos, haciendo milagros a todos y queriendo la paz y la unión entre todos. No era casualidad que Zeitun significara olivo, el árbol símbolo de la paz. Además, se apareció rodeada de palomas blancas, que también son símbolo de la paz. Por otra parte, ella misma, en algunas ocasiones, se aparecía llevando en la mano un ramo de olivo, claro símbolo de que quería la paz para todos. Y a todos, sin excepción, sonreía, porque todos son sus hijos.