María prototipo de la mujer

L.M Ma. Victoria Carreón Urbina 

Según Edith Stein

I. Edith Stein

Nació en Breslau el 12 de octubre de 1891, perteneció a una familia Judía de profunda fe, su madre Augusta Stein le transmite hondas huellas de su carácter, para Edith su madre es el centro de gravedad que infunde sol, vigor y
calor en su alma; su padre murió en un viaje de negocios cuando Edith solo contaba con un año nueve meses, y de ahí que su madre tenga que asumir el negocio para asegurar la subsistencia de sus siete hijos.

Fue una estudiante destacada, además de distinguirse como una buena compañera, bondadosa y servicial.

En 1911 ingresó a la universidad de Breslau, matriculándose en filología germánica, historia y además por interés personal en psicología. Durante estos estudios llega a interesarse en la fenomenología a través de la lectura del libro:

"Estudios de lógica" del fenomenólogo Edmundo Husserl, y a partir de entonces se incorpora a la universidad de Gotinga, donde llega a ser asistente del precursor de la fenomenología.

Posteriormente conoce a Max Scheler, quien le introduce al cristianismo, y que sutilmente le hace ver que sólo la religión hace que el hombre sea hombre, también conoce a Adolfo Reinach y su esposa, quienes al igual que Scheler son conversos al catolicismo inquietan a Edith quien es atea, esto aunado al conocimiento de Santa Teresa de Ávila y Santo Tomás de Aquino.

El 21 de enero de 1922 recibe el bautismo y más tarde se incorpora al Carmelo, donde toma el nombre de Benedicta de la Cruz.

El 2 de agosto de 1942 es detenida por la Gestapo y conducida a los campos de concentración. Muere el 5 de agosto, a la edad de 51 años, en el campo de Auschwitz.

El 1° de Mayo de 1987 el papa Juan Pablo II la beatificó en Colonia, y al 11 de octubre de 1998 la canonizó.

II. María modelo de la mujer

Para Edith Stein todas las explicaciones en torno a la mujer culminan en este único pensamiento fundamental: María es el prototipo del alma femenina. María le inspira la sencillez evangélica y la caridad misericordiosa de su Hijo. Al leer las disertaciones de Edith se tiene la impresión que sacó sus grandes conocimientos sobre la mujer de su unión con María.

Constantemente se esfuerza por orientar la mirada de la mujer hacia su purísimo ideal, hacia María, que es a la vez esclava y madre. Habla de ella como alguien que ha experimentado la amistad de esta "Madre admirable". Todos los problemas femeninos los soluciona estudiando la conducta de María. Hace observar que Cristo dirige la mirada del creyente hacia el Padre del cielo, pero María tiene la misión de llevar los corazones de los hombres hacia su Hijo, esta misión también ha sido encomendada a toda mujer.

En María reside la meta de toda formación femenina, habla de una formación "Virgo-Mater" (Virgen-Madre), con ello quiere decir que la mujer, por una parte, está llamada a la maternidad corporal, pero por otra, está llamada a la virginidad. Así como la maternidad natural no es concebible sin el esplendor de la virginidad, esto es, sin pureza de corazón e íntima entrega a Dios, así también la virginidad tiene necesidad del desinteresado amor materno. La perfección de ambas vocaciones, ya sea en el matrimonio, en la vida profesional o en el estado religioso, consiste en una maternidad espiritual, que para Edith constituye el sentido auténtico de toda vida femenina. En María brilla de la manera más clara esta maternidad espiritual desinteresada y bondadosa.
Por eso Edith elige a María como dechado, para dar a la mujer un firme apoyo en cualquier profesión en que se encuentre.

III. La misión de la mujer

la . La misión más elevada de la mujer es la formación de seres humanos.

2a . La misión mariana de la mujer culmina en un amor intenso, puro y servicial, que abarca todas las tres vocaciones; matrimonio, vida profesional y estado religioso.

3a . La misión de la mujer en el matrimonio consiste en dar la vida como compañera y como madre. El amor como tal no tiene consistencia alguna. Por eso es de gran importancia que el varón y la mujer inserten su amor natural en el gran amor del Dios misericordioso; ambos esposos necesitan para su verdadero desarrollo la ayuda maternal de la Madre de Dios.

Pero no debemos de perder de vista que en el misterio del Dios Trino se encuentra el origen de aquella paternidad y maternidad espiritual que se ha dado a los hombres para consecución de su más hondo sentido vital, y que María es un ejemplo de esa belleza y profundidad espiritual.

Fuente: iglesiapotosina.org