María y la comunicación

Chiara Lubich

María y la comunicación Queridos profesionales de la comunicación: Hoy se abre aquí, en el Centro Mariápolis de Castelgandolfo, un seminario internacionalen preparación a un futuro congreso sobre la comunicación. En esta sala están reunidas las personas que se dedican a lo que nosotros llamamos,usando una palabra de san Juan Crisostomo, inundaciones: la inundación de los medios de comunicación. Las inundaciones son el fruto de un diálogo particular, el diálogo con la cultura, que elMovimiento de los Focolares está entablando desde hace algún tiempo entre la sabiduría que ofrece el carisma de la unidad, y los diversos ámbitos del saber y de la vida humana, como el de lafilosofía, de la educación, de las ciencias humanas y naturales, del arte, de la salud, del derecho, etc. Ahora nos referiremos a las comunicaciones. Son inundaciones que, como no es difícil darse cuenta, se mantienen tales solamente siestán animadas constantemente, inundadas por la luz que emana el don de Dios, so pena derecaer en el pensamiento y en la acción simplemente humanos. Por eso abrimos este seminario con un mensaje espiritual que se titula: “María y lacomunicación”. La providencia de Dios quiso que nuestro seminario de los medios de comunicación sedesarrollara durante el año que el Santo Padre quiso consagrar a María, la Virgen dulcísima, laMadre del Verbo, de la Palabra hecha vida. Y ya desde hace meses la Iglesia católica le ofrece lasiniciativas más diversas para darle gloria en todo el planeta. Nosotros también, como Movimiento de los Focolares, hemos tenido la íntima alegría de elevarle una alabanza muy especial, al organizar en este mismo Centro un congreso dedicado totalmente a Ella. En esa ocasión los mismos medios de comunicación han revelado una vez más suextraordinaria capacidad de multiplicar el bien, transmitiendo durante tres días seguidos elcongreso en directo. Y esto nos ha dado una gran alegría, porque como ustedes tal vez sepan, existe unarelación muy particular entre María y nuestro Movimiento, que anhela ser – por cuanto le esposible – una presencia suya sobre la tierra, casi como su continuación. Y si en los 60 años de historia del Movimiento Ella nos ha manifestado muchas facetas de su excelso designio, de rara criatura engarzada de una manera única en la Santísima Trinidad, esperamos que ahora nos abra alguna rendija de luz en este congreso de NetOne. Jesús abandonado Hace tres años habíamos fijado especialmente nuestra atención sobre el misterio terribley fascinante del grito de Jesús crucificado: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?(Mt 27,46). ”1


El gran comunicador, que había encantado a las multitudes, ahora era no solamente traicionado e ignorado por los suyos, sino también abandonado por su Padre, cuya relaciónsiempre lo había sostenido. ¿Qué había sucedido? Habiendo hecho suyos nuestros pecados, límites, nuestros errores, nuestra separación de Dios y de los demás hombres, se había ofrecido para experimentar en primera persona semejantescondiciones, para sanar en nosotros la llaga de aquella gravísima desunión Y gritó. Gritó por el abandono del Padre; pero sin embargo, con un esfuerzo sobrehumano, se volvió a abandonar en el Padre pagando así nuestras infidelidades, reuniéndonoscomo hijos al Padre y como hermanos entre nosotros. Y de ese modo obró como divino Mediador(medio) y comunicador. La Desolada Al igual que Jesús, también María alcanzó el momento culminante de su vida: es su desolación, su abandono. Cuando desde la cruz Jesús, indicándole a Juan, que nos representaba atodos nosotros, le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo” (Jn 19,26), esas palabras le resonaron comouna sustitución. María vivió la prueba de perder a Jesús, no solamente porque Él estaba muriendo,sino también porque otro tomaba su lugar. Y aceptó. Con este nuevo fiata los pies del Calvario, renunció a Jesús y así se convirtió en la madre de todos, adquiriendo la maternidad de un sin número de hombres. María Desolada es la Madre por excelencia. En su desolación siempre hemos visto que el designio de Dios sobre Ella se realizaba completamente, en un vértice de dolor-amor inenarrable. Allí, a los pies de la cruz, María se convirtió en la madre no sólo de Jesús sino de suCuerpo que es la Iglesia, es la madre universal que mantiene unidos con su amor a todos loshombres, sus hijos; los hace hermanos, como a su modo hacen las madres de la tierra. Es la madre de la unidad, el vínculo de unidad con todos su hijitos, porque así, con suDesolación, pagó su maternidad espiritual. Por eso siempre hemos relacionado su figura con este aspecto del amor que es lacomunicación, un elemento indispensable para conseguir la unidad, y hemos querido que la Desolada sea la protectora de nuestros medios de comunicación. En el congreso anterior, pensando en María, habíamos dicho que los comunicadores que se inspiran en el carisma de la unidad conocen cuáles son las cualidades de una madre. Ellos comprenden que una madre, iluminada por el amor, ve más lejos que otros. Y aprenden de ella aentender mejor a los hombres y a las situaciones, a transmitir esa comunicación más verdadera,más profunda, mas amplia, que no siempre se sabe dar, en la cual no se oculta el lado negativo de los hombres o de las circunstancias, pero se le da más relieve a lo positivo. Porque así es el amor:conoce la realidad con todas sus sombras, pero sabe transformarla para hacer triunfar el bien entodos. Jesús abandonado se nos había presentado como la pupila del ojo de Dio; podemos decirque María Desolada nos da la impresión de que es como una especie de cuarto oscuro, que recogetodo el negativo del mundo. Y así como de un rollo en negativo se revela una imagen positiva, Ellasabe transformar las situaciones de modo tal que a partir del negativo se puede ver también elpositivo. María es el tipo y la forma de la Iglesia, y por eso es evidente que en una criatura tansublime todos los cristianos pueden encontrar su proprio modelo; pero pienso que en Ella,Desolada, los profesionales de la comunicación pueden encontrar de modo especial el modelo de su propia perfección. 2

+++ María se nos presentó desde el comienzo con dos características: como un monumento devirtudes, y como el ícono de la ley más profunda del Evangelio, el saber perder. “Porque el quequiera salvar su vida la perderá, y el que la pierda por mí la salvará” (Lc 9,24). La Desolada: monumento de virtudes María a los pies de la cruz, en el desgarrador stabat que la convirtió en un amargo mar deangustia, es la expresión más alta de la heroicidad de cada virtud en una criatura humana. En Ella se constata el triunfo de la fe y de la esperanza, por la caridad que la animó durante toda su vida y que aquí refulge por su participación tan activa a la Redención. Su figura de madre que sostiene a Dios muerto en sus brazos, y todavía cree, espera yama, puede ser el modelo y el apoyo de los comunicadores que muchas veces deben asistir a acontecimientos – para poder transmitir las noticias – que recuerdan, de distintas maneras, elabandono del Hijo de Dios en la cruz.Una fe semejante a la de la Desolada, y una esperanza que supera toda esperanza, comola suya, les permitirán no escapar de los dramas de la humanidad y participarlos a muchos con elrespeto máximo de la verdad pero sobre todo de las personas. Siendo ellos mismos amor, como lo ha sido Ella, podrán encontrar el hilo de oro que pasa entre los seres humanos y revelar a muchosuna visión más verdadera y más profunda de la realidad, que es capaz de descubrir el amor de Dios más allá de la trama compleja de las vicisitudes humanas. Su palabra entonces se asemejará a la de María, que en elMagni icatvio más allá de losacontecimientos y profetizó las maravillas que Dios realizaría por medio del Hijo, venciendo al mismo tiempo injusticias y abusos con el amor. fLa Desolada es la dócil por excelencia, la amable, la pobre hasta la pérdida de su Hijo que es Dios: son todas cualidades más que necesarias para los comunicadores, que muchas vecespueden desarrollar discreta, pero eficazmente, una función de diálogo y de “mediadores” en la transmisión de las noticias, y también en todos los ambientes donde deben trabajar. María Desolada es la justa que no se lamenta de ser privada de lo que le pertenece porpura elección; es la pura en el desapego afectivo, a toda prueba, de su Hijo Dios; la fuerte, que haresistido – permaneció de pie – mientras veía a Jesús que moría de ese modo. Su ejemplo ayudaráa los profesionales de la comunicación a mirar con objetividad los acontecimientos, a permanecerincólumes servidores de la verdad, aun cuando resulte incómoda y les pida pagar en primerapersona. María, en su desolación que la cubre de todas las virtudes, enseñará a los comunicadoresa armarse de paciencia, de perseverancia, de simplicidad y de silencio, para que en la noche de suhumanidad brille ante el mundo la luz de Dios que habita en ellos. Siempre, de hecho, la palabra debe apoyarse sobre un silencio, como una pintura sobre elfondo. Haciendo callar la criatura que hay en ellos, y dejando que sobre este silencio hable elEspíritu del Señor, los profesionales de la comunicación se asemejarán cada vez más a María, transparencia de Dios. Entonces su palabra no será mera palabra, sino ¡la Palabra con el Silencio! ¡la Palabra con el Ser! Será Amor. Los comunicadores adquirirán así la prudencia necesaria para evaluar bien las situacionessobre las cuales deben pronunciarse, y verificar las fuentes de sus informaciones. 3

Incluso debiendo estar mucho tiempo bajo los reflectores, que fácilmente puedendeslumbrarlos, se mantendrán humildes y sabrán reconocer los límites de sus conocimientos . Poseerán la Sabiduría indispensable para quien debe amplificar las noticias y losacontecimientos sin distorsionar la verdad. Darán buenos consejos, y tendrán el don del discernimiento para comunicar solamente lo que es oportuno, sobre todo en un momento como el actual, donde el flujo de la comunicación esimponente y tumultuoso. El Evangelio nos presenta a María como aquella que “conservaba todas estas cosas en sucorazón” (Lc 2,51). Y sin embargo ninguno tuvo la palabra como ella, que dio a luz al Verbo encarnado y después lo perdió en el Gólgota.rt,Ella, Desolada, suspendida en el vacío igual que Jesús abandonado, es, en cierto sentido, la comunicación en su estado puro, en la cual el comunicador es hasta tal punto y solo un medio, que casi desaparece. Es transparencia, es decir, algo que parece que no exista, pero que está. Esporque no es, como el amor. ¿Y no es tal vez ésta una de las máximas cualidades del mediador, del comunicador? ¿Y los medios, no son acaso perfectos cuando se olvida su existencia? Icono del saber perderComo ya dije, María no se hizo presente en nuestra historia sólo como un monumento devirtudes, sino también como el ícono de la ley más profunda del Evangelio: el saber perder. Pero elamor evangélico sabe perder porque sabe dar, y justamente porque dona, recibe.La Desolada, para hacer la voluntad de Dios, es decir, por Dios, perdió incluso a Jesús…: su Obra. Pero porque lo perdió, lo volvió a encontrar multiplicado. A cambio de ese Jesús quehabía donado no podía recibir muchos Jesús a mitad, sino “ot os Jesús”, autén icos, con su misma luz y su mismo amor. Como Él. Pero la desolación de María no tuvo lugar sólo en el último instante de la vida de Jesús. Ella hizo un intenso aprendizaje durante toda su vida. En la Anunciación pareció que debía cambiar su proprio proyecto de vida. Y en cambio fue la Madre de Jesús, permaneciendo virgen. Más tarde presenta a Jesús en el Templo, donde escucha el anuncio de su propia via crucis: “y a ti una espada te atravesará el corazón” (Lc 2,35).Son palabras que le quitan laalegría por el nacimiento del Hijo. Transcurrirá toda su vida acompañada por el eco de esas palabras, que imprimieron en cada una de sus actitudes un particular desapego. Cuando Jesús tiene 12 años lo pierde en Jerusalén. Angustiada, lo buscan con José y lo encuentran en el Templo. Pero la explicación que él les da: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabíanque yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?” (Lc 2 49), les manifiesta claramente que Él no les pertenece. En las bodas de Caná Jesús la trata con aparente dureza: “Mujer, ¿qué tenemos que vernosotros?” (Jn 2,4), llamándola a un amor todavía más grande. Después María sigue a Jesús en las duras luchas de la vida pública, rica de frutos, brillante de gloria, amarga por la hiel de la ingratitud humana. Y a los pies del Calvario pronuncia elfiatfinal de la “desolación“, en un abismo de doloresque superan toda humana capacidad, en la que stabat por una gracia especial merecida por ellargo ejercicio en la espera de esa hora. Y es así que María, preparándose a estar sola toda la vida, se convirtió en la Madre decada uno de nosotros, de todos en este mundo. 4


Mirándola a Ella, Icono de la ley más profunda del Evangelio que es saber perder, los expertos de la comunicación podrán realizar en plenitud su vocación. En efecto, para abrirse a los demás y a los acontecimientos, es necesario saber perdersiempre todo, todo como María Desolada, hacer el vacío delante de cada cosa y de cada hermano,ser nada. Y sólo la nada abraza todo en si.Para ser canales, transmisores puros, verdaderos comunicadores, la figura de María Desolada será un estímulo y un ejemplo. Le pido nuevamente a Ella, cuyo corazón se convirtió en un espacio de comunicación, donde el Amor pudo pronunciar su Palabra, que haga de cada uno de ustedes, en este año especial, mariano, hombres nuevos, capaces de hacer nacer y crecer una comunicación de acuerdo con el corazón de Dios.