María medita y guarda en su corazón las palabras del Señor

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A través de su vida ordinaria, María está en contacto vivo con su Hijo que es la Palabra y cuyas palabras y acciones que realiza no siempre comprende María. Por eso, Lucas nos señala esa actitud reflexiva de María, que siempre guarda en su corazón las palabras de su Hijo, para hacer la voluntad de Dios.
Lucas insiste en el afecto con que María recibe, venera y hace suya la palabra de Dios. Desde esta reflexión silenciosa, María vive cada momento, confiada, serena y valiente, hasta permanecer de pié junto a su Hijo en la cruz; y esperar su resurrección.
María es la discípula perfecta que, según Jesús, debe ser más admirada y elogiada, no por ser su madre, sino por escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica; por hacer siempre la voluntad de Dios.
María es, pues, no sólo modelo de mujer, esposa y madre, sino como amante de la palabra de Dios y discípula que busca conocerla para el seguimiento del divino maestro Jesús.
En este sentido, María es modelo para toda familia cristiana que debe nutrirse de la palabra de Dios, en el seno del mismo hogar y en la Eucaristía.

Fuente: apostoloteca.org