María en la Resurreccion de su hijo

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A partir de la resurrección de Jesús todo será nuevo. Él nos invita a mirar con ojos nuevos, porque las personas amanecemos con un corazón nuevo, con un cuerpo y un espíritu recién estrenado. Son los ojos destinados a contemplar cara a cara a Dios y a vivir para siempre. Pedro y Juan corren al sepulcro. En su corazón luchan el miedo y la alegría, la desilusión y la esperanza. Corren y se encuentran un sepulcro vacío. Entraron, vieron y creyeron. María no necesita correr. Ella cree en su Hijo y está segura de su triunfo. Al ponerlo en el sepulcro sabía que era el grano de trigo enterrado para florecer y dar vida.

Fuente:
josefinas-trinitarias.org