No necesito a la Virgen tengo a Dios!

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Me parece escandaloso cómo la Iglesia Católica promueve la adoración a la Virgen de Guadalupe. Nosotros los que sí conocemos y obedecemos la Palabra sabemos que María fue sólo una mujer que no merece honores y que no la necesitamos pues hablamos directo con Dios. 

Pachuca, Hgo.

 Respuesta: Como se ha mencionado en otras ocasiones, los católicos no adoramos a la Virgen María. La veneramos, es decir, le rendimos un reconocimiento lleno de amor y gratitud por ser Madre de Jesús, es decir, Madre de Dios, y también por ser Madre nuestra (recuerde que en la cruz Jesús encomendó a María al apóstol San Juan, en el que estamos representados todos -ver Jn 19, 26-27-). En relación a la Virgen de Guadalupe, fue ella misma la que promovió que los mexicanos acudiéramos a ella, fue ella misma la que nos dejó su imagen para recordarla y hacernos sentir su amor por nosotros. Dice Ud. que conoce y obedece la Palabra; luego entonces conoce este mandamiento: 'honrarás a tu padre y a tu madre', y estará de acuerdo en que 'honrar' no es lo mismo que 'adorar'. Si el Señor pide que honremos a nuestra madre terrena, ¿no querrá que honremos también a María, Madre de Jesús y Madre nuestra? Ud. no está  cumpliendo el mandamiento de honrarla. Dice que conoce y cumple la Palabra. Pues bien, en la Biblia dice, refiriéndose a María, que 'todas las generaciones la llamarán bienaventurada'. ¿De qué manera está Ud. cumpliendo esto? Le está Ud. escatimando a María el reconocimiento y la alabanza que la propia Escritura le atribuye como Madre del Señor, ¿cree Ud. que eso le agrada a Jesús? Por último: afirma Ud. que no necesita a María pues habla directo con Dios. Los católicos también hablamos con Dios, pero no desaprovechamos, como Ud., la oportunidad de contar con la ayuda que nos pueda dar aquella que en su seno llevó al Salvador, aquélla a la que Él mismo eligió como Madre, aquella que nos ama y está siempre dispuesta a pedirle a su Hijo lo que sabe que necesitamos. Si Ud. dice que conoce y obedece la Palabra, seguramente sabe que en ella se nos anima a orar unos por otros. ¿No le ha pedido nunca a nadie que ore por Ud. en una tribulación, en una enfermedad? Pues si acepta la ayuda de familiares o amigos, ¿cómo es que se niega a aceptar la ayuda que le ofrece María? Pediremos por Ud. para que un día logre abandonar su triste orfandad y se reconozca hijo de esta Madre que a pesar de todo lo ama mucho y día y noche intercede por su conversión

Fuente:  desdelafe.com.mx