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Un cambio de planes
Woodeene Koenig-Bricker
Tan
sólo imagínate la escena. José se despierta a mitad de la noche, tras haber
tenido un sueño en el que un ángel le dice que parta para Egipto de
inmediato. Se endereza, despierta a María, y anuncia:
«Hemos
de irnos. Recoge al niño y vayámonos de aquí!»
Sin duda que María tenía que hacer unas cuantas preguntas en ese momento.
Parece probable que preguntara por qué tenían tanta prisa. Se
preguntaría si su sueño había sido realmente la visita de un ángel, o
meramente el resultado de haber tomado demasiado pan con ajo la cena
anterior. E incluso tras haberse convencido de que José había tenido un
sueño, pudo haberse preguntado por la preparación del viaje. «¿Has
considerado dónde vamos a encontrar un camello a estas horas de la noche?»)
Si María realmente preguntó a José. eso no la hace menos santa que si
dócilmente hubiera puesto a Jesús en un capacho y partido para el desierto.
Después de todo, ella habló francamente con un ángel cuando éste le dijo que
iba a tener un bebé pese a ser virgen. No es realista pensar que no le
habría hecho algunas preguntas a su marido acerca de su necesidad repentina
y urgente de partir hacia el desierto.
Pero cualquiera que sea la especulación respecto a su reacción, lo cierto es
que María estaba dispuesta a cambiar sus planes -los cuales probablemente
incluyeran una visita a sus padres para enseñarles el niño-- a fin de
acomodarse a la necesidad de seguirlas indicaciones del ángel. Entendió que
ser capaces de adaptarse en el último momento es a
veces el único modo de salvar nuestra vida.
¿Cómo reacciono cuando me enfrentó a un cambio de planes repentino y
urgente?
¿Puedo ser lo bastante flexible como para aceptar
Fuente:
365 Meditaciones con la Virgen María
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