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El pensamiento de María
Padre Javier Leoz
El pensamiento de María, como el de tantas
mujeres, era el casarse con el hombre de su vida. Pero, Dios -por aquello de
que es sorprendente y que, incluso, escribe derecho en renglones torcidos-
quebró, en cierta forma, la felicidad inicial de María.
¿Qué pensamientos pasarían rápidamente por la mente de María? Lo que ya
sabemos: temblor, miedo, asombro, etc. Pero, María, supo reaccionar a
tiempo.
Por sorpresa le vino el ángel. Y, sin tiempo a mucho más, como cuando a uno
se le exige una gran responsabilidad, María dijo que sí.
El pensamiento de María, tal vez, volaría sobre la persona de José. Pero, no
le importó. Supo, desde el principio, reaccionar positivamente hacia la
propuesta divina.
No se paró a pensar ni en el color de las alas del ángel ni, por supuesto,
si aquello era una broma de los vecinos de la esquina: ¡dijo sí y acertó!
Ese fue el pensamiento de María. Se fió, creyó y aceptó. Pero, lo más
importante es el cómo reaccionó.
Cuando se nos piden responsabilidades como cristianos ¿cómo respondemos?
Cuando se nos exige algo de nosotros ¿en qué pensamos? ¿Que deben ser los
demás los que se impliquen?
Cuando nos invitan a dar pasos en favor de la iglesia o de los demás ¿nos
asustamos? ¿Nos acobardamos?
Sembremos y pongamos, a los pies de María, la flor del pensamiento. Puede
reflejar, perfectamente, nuestro deseo de volver una y otra vez al regazo de
Dios.
Fuente:
autorescatolicos.org
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