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La Hermosa María, educadora del Hijo de Dios
Thalia Ehrlich Garduño
(Catequesis del Papa Juan
Pablo II, 4 de diciembre, 1996)
Aunque se hizo por obra del Santo Espíritu y su Madre Virgen, la generación
de Jesús, como la de todas las personas, pasó por los periodos de la
concepción, gestación y parto.
La Maternidad de la Doncella de Nazaret no se limitó al proceso biológico de
la generación, sino que, como todas las madres, también educó y contribuyó
al crecimiento y desarrollo de su Hijo Jesús.
No sólo es Madre la que engendra a un hijo, sino también es la que lo cría y
educa. Se puede decir que la misión de educar es, según el Plan de Dios, una
prolongación natural de la procreación.
La Bella María es Theotokos, no sólo porque dio a luz a Jesús, Hijo de Dios,
sino porque también lo acompañó en su desarrollo humano.
Se puede pensar que Jesús al ser Dios, no tenía porque tener educadores.
Pero el Misterio de la Encarnación nos descubre que el Hijo de Dios vino a
este mundo con una naturaleza humana semejante a la nuestra menos en el
pecado (Hb. 4,15).
Así pues, su crecimiento de Niño a adulto fue como el de nosotros (Lc.
2,40). Es por eso que requirió de la educación de la Bella María y del Buen
José.
Lucas nos narra que Jesús en Nazaret está sujeto a la Hermosa María y a su
padre José (Lc. 2,51). La dependencia que muestra Jesús, nos dice que Él
estaba abierto para recibir la educación de su Madre y de su padre, que
cumplían su Misión también en virtud de la docilidad que siempre manifestaba
Jesús.
Dios, con los Dones especiales que había colmado a la Bella María, la hacían
especialmente apta para desempeñar su rol de Madre y educadora del Hijo de
Dios.
En lo cotidiano de su vida, Jesús puede encontrar en su Madre un modelo para
imitar, y un ejemplo de Amor perfecto a Dios y a todos sus hermanos y
hermanas.
Además de la Bella María, contaba con la presencia de su padre José, hombre
justo (Mt. 1,19), quien garantizaba el equilibrio necesario de la educación
de Jesús.
Ejerciendo su función de padre, el Buen José cooperó con su Hermosa esposa
para que en su casa hubiera un ambiente favorable que ayudara al crecimiento
y a la maduración personal de su Hijo Jesús.
El Buen José al enseñar a su Hijo el oficio de carpintero, le permitió a
Jesús entrar en el mundo del trabajo y de la vida social.
Con los pocos elementos que el Evangelio narra no nos permite conocer y
valorar en una forma completa la acción pedagógica de la Hermosa María con
respecto a su Hijo Divino.
Así pues, ella junto con el Buen José le enseñaron a Jesús los ritos y las
prescripciones de la Ley Mosaica, lo introdujeron a la oración al Dios de la
Alianza usando los Salmos y también le enseñaron la historia de Israel,
centrada en el éxodo de Egipto.
De la Bella María y del José aprendió a ir a la sinagoga y a ir en
peregrinación cada año a Jerusalén para la Pascua.
Viendo los resultados, podemos suponer que la educación de la Hermosa María
fue eficiente y profunda y que encontró en la psicología humana de su Hijo
tierra fértil.
La Misión de educar a un Hijo muy singular, tiene algunas características
singulares con respecto a las demás madres:
Ella garantizó el ambiente favorable para que se realizaran los dinamismos
y valores esenciales del crecimiento, ya presente en su Hijo.
Jesús no pecó, entonces pedía de María una orientación siempre positiva.
De Maestra de su Hijo, la Bella María se convirtió así en la humilde
Discípula de su Divino Hijo.
Se mantiene la grandeza de la tarea confiada a la Virgen Madre: ayudó a su
Hijo Jesús a crecer, desde la infancia hasta que Jesús llegó a ser adulto,
en Sabiduría, en estatura y en Gracia (Lc. 2, 52) y así formarse para su
Misión.
El Buen José y la Bella María son modelos de los padres y de las madres que
educan a sus hijos, los sostienen en las dificultades que hoy están en las
familias y les enseñan el camino para lograr una formación más profunda y
eficaz de sus hijos.
Los padres y las madres deben educar a sus hijos en el Amor y en la Voluntad
de Dios como El Buen José y la Hermosa María educaron a su Hijo Jesús.
Fuente:
autorescatolicos.org
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