|
Orar con María, Orar a María
María, iniciadora de la Nueva Alianza
Fray Martín Irure, ofmcap.
Ambientación
La actitud creyente de María abre el cauce a la salvación del
Nuevo Testamento. En la disponibilidad total al plan de Dios, María se
asemeja a su Hijo Jesús. Al tomar la condición humana, se hace obediente
total a la voluntad del Padre. María, unida a su Hijo, abre al puerta a la
Nueva Alianza, que el Salvador realiza en su propia sangre.
Lectura de la Palabra (Heb 10, 5-7)
Por eso, al entrar en este mundo, dice Cristo:
No has querido sacrificio ni ofrenda, pero me has formado un cuerpo;
no has aceptado holocaustos ni sacrificios por el pecado.
Entonces yo dije: Aquí vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad.
Así está escrito de mí en un capítulo del libro.
Reflexión
El “hágase en mí según tu palabra” ha decidido la realización del misterio
escondido en Dios.
Hay una plena consonancia con las palabras del Hijo.
“Aquí vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad”.
María se deja conducir por la fe, se consagra y se entrega, sin reservas,
a la persona y obra de su Hijo.
María concibe a su Hijo en su corazón antes que en su cuerpo.
La fe de Abrahán inaugura la Antigua Alianza.
La fe de María da comienzo a la Nueva Alianza.
La Anunciación es el punto de partida, de donde inicia un camino nuevo de fe
hacia Dios.
María, a través de su fe, filial y material, esperó contra toda esperanza.
María se encuentra en el centro de los designios misteriosos de Dios.
Se conforma a ellos, en la penumbra de la fe.
Y acepta, con corazón abierto, todo lo que el Padre tiene a bien disponer.
Revisión de vida
- ¿Estamos dispuestos a aceptar el plan de Dios sobre nuestra vida?
- ¿Qué actitud tenemos ante problemas difíciles, personales, comunitarios o
familiares, como: enfermedades incurables, accidentes, muertes imprevistas,
etc.?
- En esos momentos, ¿cómo es nuestra oración? ¿Pedimos que sepamos aceptar
lo inevitable y luchar a favor de lo que tiene remedio?
Oremos al Señor
Te damos gracias, Padre...
- Porque como en María dispones nuestros ánimos para aceptar gozosamente tu
voluntad. Oremos.
- Porque como en María fortaleces nuestra actividad para afrontar problemas
insolubles. Oremos.
- Porque como en María nos animas a esperar en ti, aun contra toda
esperanza. Oremos.
Señor, tú has querido que la Virgen Santa María
brille en la Iglesia como señal de esperanza segura;
concede a los afectados por el hastío de la vida encontrar en ella aliento y
consuelo,
y a los que desesperan de la salvación, fortaleza para levantarse.
|
|