Navidad: Destimo de este niño

 

Camilo Valverde Mudarra

 

Admonición

Los dos textos que hemos traído a consideración en páginas anteriores, han abierto la puerta para desembocar en esta reflexión.

Tras relatar el evangelista la bendición del Niño Jesús y el himno de acción de gracias, vimos la adoración de los pastores y, en ambas ocasiones, añade el evangelista: 

Simeón los bendijo y dijo a María: "He aquí que este niño está destinado para ser caída y resurgimiento de muchos en Israel; una espada atravesará tu alma para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones".

Todos los que lo oían, se admiraban de lo que decían los pastores. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón (Luc 2, 18. 33).

Este Niño está destinado a ser caída y resurgimiento ... Nace Jesús y trae la salvación universal, pero, mucho cuidado de no ser de los destinados a la caída. Hemos de colocarnos en el grupo del resurgimiento; entre aquellos, inteligentes, a los que el Nacimiento de este Niño les sirva para resurgir, para abrir los ojos y alistarse entre los elegidos a militar en sus filas; y ser de los suyos ... vino a los suyos...

Una espada atravesará tu alma. La espada de dolor que va a sufrir la Virgen por los sufrimientos de la Pasión de Cristo y que sigue soportando a causa de los pecados de los hombres que no atendemos sus súplicas: "Haced lo que Él os diga". Que seguimos extendiendo la hambruna que padece medio mundo, que seguimos entablando guerras y conflictos interminables por odios y venganzas, que permanecemos fabricando injusticias y sembrando ambiciones y codicias. En una tierra que no es nuestra ni la tenemos sólo durante el soplo de unos cuantos años.

La Virgen guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón. Este es el camino, el ejemplo a seguir, guardar en nuestro corazón las cosas que nos dice Jesucristo en su evangelio, meditándolas, haciéndolas vida en nuestra vida, leyendo y orando en su palabra escrita para nosotros en la S. Escritura.

Hermanos, hijos de María, amémosla y reflexionemos con y como Ella.