María: Esperanza para los enfermos

María Velázquez Dorantes

 

Quien cómo ella para ser la mejor enfermera, de cada uno de los pilares que se encuentran en el mundo, sosteniéndolo con su dolor y sufrimiento, con una esperanza que se encuentra en su cabecera y dicha esperanza es María la luz que han enviado a todos los hogares, a todos los hospitales para ser la fuente de fortaleza en las horas de dolencia con cada uno de esos seres que ofrecen su dolor en sacrificio.
Cada enfermo que se encuentra postrado puede ver con los ojos del corazón a la Madre del Salvador, puede llamarle para no estar solo, puede tocarle para aliviar ese sufrimiento, que no es más que una prueba de Dios y de su amor.
María como esperanza, es el fruto engendrado para todos los que sufren, es la mujer que tiene el aliento para impulsarles a la lucha por la vida y es ella la gran protectora en las horas de soledad, en los grandes espacios friolentos de los sanatorios, es la virgen madre que recorre todos los pasillos y habitaciones atendiendo a los niños, a los adultos, a los ancianos, a los abandonados, a los desahuciados otorgándoles un soplo de esperanza.
Es la madre que no se cansa, que no tiene asco, que no teme a ser contagiada, es la piedad porque ella sabe que en la infinita misericordia, Dios les das fuerzas suficientes para enfrentarse al dolor, al cansancio y ella nunca abandona a un enfermo.
Cuando María habla es porque Dios ya actúo sobre cada cama que espera la salud física y espiritual, sin embargo, solo espera un llamado para poderle ver; porque Ella recorre el camino de la congoja como lo hizo con su hijo Jesús y ahora con toda la humanidad porque también son hijos de María. Y como buena madre también está dolosa de los padecimientos, pero no se retira porque sabe que es esperanza, que su Hijo le dará el mensaje al Padre y vendrá entonces la recompensa para quienes ha padecido tanto.

María es fruto de bondad para quienes parecen haberse ido detrás de un coma, es fruto de piedad para los niños con parálisis cerebral, es sonrisa para los mutilados, es aceite refrescante para quienes sufren después de un accidente, sus manos son las vendas que cubren al corazón para no verse aterrados por la presencia de la muerte, porque ella no lo permite. Así mismo María es la compañía para quienes esperan detrás de una respuesta, de los familiares, de los que sufren con sus seres queridos, ella pide todos los días Dios para ser el consuelo de esos ojos llorosos, de aquellos que sienten haber perdido la Fe y la esperanza en Dios.
No olvides a María en el momento de la enfermedad, porque ella será tú enfermera.