María da a luz, un Niño

 


Camilo Valverde Mudarra 

 

 

 

 

Admonición

“Darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús” (Lc 1,31). Gabriel es el ángel enviado por Dios: anuncia a Daniel (Dan 9,21-24), el nacimiento del Bautista y, aquí, a Jesús el hijo de la Virgen María. Bajó a Galilea a comunicar a una "virgen" el acto de la Encarnación, y el Verbo de hizo carne (Jn 1,14). María no duda de las palabras del ángel, ni pide una señal como Zacarías; sólo, quiere saber cómo han de realizarse los planes de Dios, “¿Cómo será esto, pues no conozco varón?” (Lc 1,34); expresada la voluntad de Dios, está dispuesta a acatar ciegamente su designio y a seguir decidida su vocación. Y el ángel le anuncia la intervención divina, “el Espíritu Santo vendrá sobre ti y te cubrirá con su sombra; por eso el niño será santo y llamado Hijo de Dios” (Lc 1, 35). Y se declara la esclava del Señor, porque ha mirado la humilde condición de su sierva.El niño que nazca será santo, título mesiánico. Dios es el santo de los santos. El Espíritu Santo vendrá sobre ella y el poder del Altísimo la cubrirá con su sombra y estará en ella, como en el tabernáculo. María, pues, es templo en el que va a morar Dios; y el Hijo, que ella va tener, será el Hijo de Dios, porque Dios tomó carne en María. El texto confirma la divinidad del niño; el evangelista presenta a Cristo como Dios. María recibe, en ese acto, la maternidad del Mesías. Es la gloria más excelsa que jamás otra criatura haya experimentado; era un ansia largamente deseada en Israel que, según lo anunciado por los profetas, esperaba la venida del Mesías. María era una joven de la aldea de Nazaret, que había sido desposada con José, aunque con los esponsales existía ya verdadero matrimonio, era costumbre que la espo­sa permaneciera durante un año en casa de sus padres. Después se celebraba la solemni­dad de las bodas. José era de la casa de David y así el padre transmite al hijo los derechos dinásticos; también María, según la tradición cristiana, pertenecía a la casa de David. 
Y nació en un establo de Belén. No había sitio para ellos en la posada, había viajado una gran muchedumbre y estaba completa. En tales condiciones la situación no era la más adecuada para una parturienta. Buscaron, pues, un acomodo donde pudieron. El niño debió nacer de noche, como se desprende del texto que relata la aparición del ángel a los pastores para anunciarles el suceso. Y, en cuanto a la fecha, hay un error en el cálculo; Dionisio el Exiguo fijó el nacimiento de Cristo el 754 de la fundación Roma, pero Herodes murió el 750; por tanto, Jesús debió nacer entre el 747 y 749 de Roma. Hay, pues, que adelantar la fecha, fijada actualmente, unos seis años. 
Vive el hombre ufano confiado en sus fuerzas y poptencias. Desasido del espíritu y negando a Dios. ¡Ignorante! ¿No ves que nace cada día en ti, manteniéndote vivo, en tu fragilidad, dándote la luz del alba y el calor del sol. Domeña tu orgullo y nace al hombre nuevo, con el niño, que nace cada día, para ti, pues "el que no nace de nuevo al Espíritu, no puede pertenecer al Reino de Dios" (Jn 3,5). Únete, en la esclavitud, a María la Madre y serás libre.