María camino a Jesús

Padre Alberto Hurtado

 

La madre es la necesidad más primordial y absoluta del alma, y cuando la hemos perdido o sabemos que la vamos a perder, necesitamos algo del cielo que nos envuelva con su ternura. 

En el fondo María representa la aparición de todo lo más grande que tiene nuestra alma. 

En el cristianismo tenemos una mujer fecunda y tierna como Madre, pero al mismo tiempo con todo lo intacto e incorrupto de la virginidad. 

En ella juntamos ambas cosas: la integridad y fecundidad, también la gracia de la divinidad con la humanidad.

Ella no es divina, es enteramente de nuestra tierra como nosotros, plenamente humana, hacía los oficios de cualquier mujer, pero sintiéndola tan totalmente nuestra, la encontramos trono de la divinidad. 

Al levantar nuestros ojos y encontrarnos con los de María, nuestra madre, nos mostrará ella a tantos hijos suyos, predilectos de su corazón que sufren la ignorancia más total y absoluta.

Nos enseñará sus condiciones de vida en las cuáles es imposible la práctica de la virtud. Y nos dirá: "Hijos, si me amáis de veras como madre, haced cuanto podáis por éstos mis hijos los que más sufren, por tanto, los más amados de mi corazón". 

Señor, ayúdame a sostener el timón siempre al cielo, y si me voy a soltar, clávame en mi rumbo por tu madre Santísima, Estrella de los mares, dulce Virgen María. 

María es madre mía en cuanto yo estoy unido con Cristo su hijo unigénito. La maternidad de María es consecuencia de mi unión mística con Jesús. 

La gracia de María es funcional. Toda gracia es funcional en provecho de todos los demás, justos y pecadores. La función de María es ser Madre de Dios, y su gracia es para nosotros lo que funda nuestra esperanza, ya que la preferida de Dios es mi Madre. 

La gracia funcional de María persiste: Cuando Dios ha elegido una persona para una función no cambia de parecer... María al cuidado doméstico de la Sagrada Familia... Ésta crece al cuidado doméstico de la Iglesia. 

Todos los teólogos están de acuerdo en admitir que no habríamos tenido Encarnación, si María se hubiese resistido. (¡Cuántas encarnaciones de Dios en el alma de sus fieles fallan por nuestra culpa!) Dios hizo depender su obra del "sí" de María. 

Sin hacer bulla prestó y sigue prestando servicios: esto llena el alma de una santa alegría y hace que los hijos que adoran al Hijo, no puedan separarlo de la Madre. 

El Ángel anuncia a María la noticia de Isabel, y María se levanta a ayudar al prójimo. Tan pronto es concebido el Verbo de Dios, María se levanta, hace preparativos de viaje y se pone en camino con gran prisa para ayudar al prójimo. 

¿Cómo María no se queda en oración, gozando de las dulzuras de su maternidad divina, sino que las sacrifica en visitas? ...Ha comprendido su actitud de cristiana. 

Ella es la primera que fue incorporada a Cristo y comprende inmediatamente la lección de la Encarnación... comunicar a Jesús a los otros. 

María comprende quien es el prójimo... El amor al prójimo no es sino el amor de Dios esparcido en sus imágenes. Si amamos a Cristo ¿cómo no amar a los miembros de Cristo? 

Y ella comprendió que podía hacer algo, y que Él lo podía hacer todo. Ella guardaba en su corazón el secreto desde hace 30 años... 

...Sabía que vendría un día en que Él tendría que manifestarse... Ella presentía que en ese momento estaría Ella, su Madre, junto a Él. 

Ella intervendría en su manifestación pública, como iba a estar presente en el último momento, como lo estaría en su Ascensión y en el descendimiento de su Espíritu. Ella ligada irrevocablemente a su obra.

Ella que había comprendido como nadie el sentido de la Encarnación, que era un mensaje de amor, de rendición, de elevación, de pacificación, de alegría para las almas, comprende también que Jesús estará feliz de anticipar esa hora para alegrarla a Ella y para mostrar la preeminencia de la caridad sobre toda consideración. 

Caridad real, activa que no consiste en puro sentimentalismo, que podría ser ilusión... dispuesta a prestar servicios reales y para ello se molesta y se sacrifica. 

Las dificultades no detienen su caridad. 

Prontamente: No espera que le avisen... Ella es la pariente más próxima... ¡Ella, la Madre a Dios, da el primer paso! ¡Qué sincera es María en sus resoluciones! Ha dicho: "He aquí la Esclava del Señor", y lo realiza. Recibe el aviso del Ángel, y parte.

María, desde que concibió a Jesús, no vive Ella sino Jesús. La santa voluntad de Dios, es el cojín donde reposa su corazón. 

La Virgen es la más asociada a Él, también en su pobreza e injurias, hasta el fin. Lo pone echadito en el pesebre. Se queda en altísima contemplación. 

Y en el más humilde sitio entre los pobres... estaban Jesús y María, conocidos de nadie... ¿Dónde? junto a la cocina, donde estaba la mesa de servicio, donde iban y venían los sirvientes... ¡Por eso es que María se dio cuenta al punto de lo que pasaba! 

¡Faltó el vino!; ¡Pero allí estaba María felizmente!...Y sintió toda la amargura de la pareja que iba a ver aguada su fiesta, la más grande de su vida... Sintió su dolor como propio.

Fuente:  Fundación Padre Hurtado