La Virgen María nos da a Jesús 

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Cierto, lo sabemos, pero en ocasiones pareciera que olvidamos que la Navidad es la Fiesta en la cual recibimos a Jesús.

Lo verdaderamente grande, importante y sublime de la Navidad es que Jesús viene a nuestra casa, a nuestro corazón, a nuestra familia y a nuestra vida.

Si consideramos que la Virgen Santísima de Guadalupe vino del Cielo a traernos a su Hijo divino, para que fuera para nosotros alegría y salvación, entonces podemos comparar su aparición en nuestra tierra como una verdadera y auténtica Navidad.

Ella fue verdaderamente la Evangelizadora, la que trajo la Buena Noticia de Jesucristo vivo que se hace presente, porque quiere vivir con nosotros siempre y compartir con cada uno la misma suerte y la misma aventura de vivir y amar al estilo de Dios.

La Mujer que es ternura, hace posibles todos los milagros. Y la Mujer, María Santísima, Virgen y Madre, es el milagro mismo por medio del cual Dios comunica a los seres humanos su presencia, su vida y su amor.

Cerca de Santa María de Guadalupe, no tenemos nada que temer; al contrario, en su compañía podemos celebrar, este año, nuestra más hermosa Navidad.

1a Lectura: Isaías 7, 10-14: El Profeta continúa hablando del Mesías y anuncia un gran milagro: «He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un Hijo...».

Salmo 66: “Que te alaben, Señor, todos los pueblos”.

2a Lectura: Gálatas 4, 4-7: San Pablo explica muy claramente que Dios envió a su Hijo, nacido de una Mujer.

Evangelio: San Lucas 1, 39-48: María escucha, de labios de su prima Isabel, el elogio más grande: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre».

Para la vida: La presencia de María en la vida de cada persona es todo un programa, porque quien está cerca de la Madre, sabe lo que es el amor y lleva en sí mismo el compromiso de transmitir ese sentimiento en su entorno.

Con este proyecto no puede fallar la vida, porque sólo cosas buenas produce, y sólo amor irradia toda su persona y cuanto hace.

Un buen propósito: Por las mañanas, haremos una oración, aunque sea breve, dirigida a la Virgen Santísima; durante el día, haremos un favor o diremos una buena palabra en su nombre a las personas que encontremos.

Fuente: Semanario, Arquidiocesis de Guadalajara, México