María en el silencio del amor

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

. Las grandes experiencias no siempre las decimos, porque no encontramos palabras para expresarlas adecuadamente y, para no profanarlas al ser mal interpretadas, preferimos callarlas.
. De la experiencia contemplativa de María tenemos algunos pequeños rastros, que nos hacen vislumbrar, pero nunca conocer exhaustivamente. ¿Qué sabemos del diálogo sublime de María en la Encarnación. El Evangelio nos da unas pistas para conocer la total disponibilidad de María para todo aquello que Dios le insinuase, pues, su actitud era la de “esclava del Señor”.
. En el silencio contemplativo María fiel al más tenue aviso de parte del Señor estaba adiestrada para conocer el plan revolucionario del Mesías, que venía a destronar a los poderosos y a exaltar a los humildes, a dejar a los ricos vacíos y a los pobres llenarlos de bienes.
. Ella en el silencio amoroso de la escucha del Señor descubre humildemente la falta de vino en la boda de Caná.
. Su puesto en el plan de nuestra salvación a nadie se lo iba a descubrir, Ella era consiente y libremente lo asumía, no dando a entender ni la más mínima sospecha, pues, se le verá como una mujer sencilla, modesta, sin sobresalir en lo exterior en nada. Su acción oscura y valerosa no restará nada a su puesto de corredentora junto a su Hijo y de medianera universal ante Dios.
. Bajo la apariencia más ordinaria, como una mujer corriente, llevaría la vida más divina, sin haber nunca negado a Dios todo aquello que le pidiera, ya que en el interior de su corazón estaba siempre prendido el fuego del amor, que cada inspiración divina, que recibía, lo avivaba más, pues, fielmente la seguía.
. Las grandes decisiones se suelen tomar a solas y en silencio, así lo hizo María al recibir el mensaje celestial en el que se le proponía su imprescindible colaboración, para que el Mesías anunciado cumpliese su voluntad de salvar al hombre. Ella no pudo consultar a nadie por ser una decisión personal y trascendente, la tomó guiada por el Espíritu y con la disponibilidad generosa de su corazón hecho para un amor tan grande que tendría que amar a todos los hombres, que Jesús se los entregaría como hijos.
.¿Qué pensar de los ratos contemplativos al tener en brazos a su Hijo o al verlo crecer, sabiendo que Él era el Mesías, que nos venía a redimir?
. Cuando Jesús se fue a predicar ¡Cuántos ratos se pasaría en oración silenciosa para mantener la fe en la misión de Jesús, recordando lo que Él habría comentado en los años, que convivieron en Nazaret, uniendo su reflexión a lo que la Sagrada Escritura tenía anunciado acerca del Mesías¡ María en el silencio del amor fraguaría su temple para ser la Madre de todos los redimidos.