María en Pentecostés

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

1.- María no estaba en el orden jerárquico.

. Como última pieza del repertorio mariano en el Nuevo Testamento encontramos a María en el cenáculo después de la resurrección de Jesús.
. Una vez realizada la redención con la muerte y resurrección de Cristo, daría comienzo la aplicación de los méritos a través de la Iglesia, en la que sería un agente principal el Espíritu Santo, a quien se le atribuye la obra de la santificación.
. San Lucas nos relata la preparación para la venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés y nos dice, después de nombrar a los Once : Todos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, además de María, la Madre de Jesús, y sus parientes (Hch.1,14). Esperaban la fuerza del Espíritu Santo para ser testigos de Cristo.
. Es sintomático el orden en que se enumeran los componentes del grupo, primero a los Apóstoles y después a las mujeres, que habían seguido de cerca a Jesús durante sus correrías apostólicas; enumera a los parientes de Jesús y en medio de este grupo de laicos a María. El texto sagrado la cita en medio de la gente del pueblo, no entre la jerarquía, pues, su dignidad de Madre del Salvador está aparte del orden jerárquico, que Jesús había establecido en su Iglesia. María es madre de Cristo Sacerdote, no se nos dice nunca que haya ejercido una función pastoral; su función en la Iglesia no está en el orden de la jerarquía, cuya autoridad máxima en el grupo de los Doce la tenía Padre.

2.- María está en medio de los Apóstoles.

. Toda la iconografía de Pentecostés nos presenta a María en medio del grupo de los Apóstoles, Ella ocupa el puesto de honor, esto es signo del reconocimiento del puesto de María en la Iglesia.
. María se unía a toda la Iglesia naciente en la oración, para que la venida del Espíritu santo renueve radicalmente a aquellos seguidores de Jesús.
. La preponderancia que se la da a María en medio de los Apóstoles denota el puesto reconocido que tiene María en la Iglesia, Ella, la Madre de Jesús y la Madre de todos los seguidores de su Hijo. La jerarquía no lo engloba todo, necesita la asistencia del Espíritu, que será quien animará, iluminará y fortalecerá a todos los miembros de la Iglesia en conformidad con la misión que se les haya confiado.
. La Iglesia naciente rodea a María, quien les cobija con su amor maternal y este mismo oficio lo seguirá ejerciendo en el correr de los años. Ella se mantendrá siempre en el segundo plano en la labor apostólica, pero su intercesión será siempre imprescindible, como lo fue en Caná, pues, es la Medianera de todas las gracias.
. Cualquier apóstol tiene siempre la protección y cuidados maternos de María, pues, Ella es consciente de que es nuestra Madre. Su influencia es siempre segura en favor de la extensión del reino de Dios. Con todo derecho se le llama Reina de los Apóstoles.