Vengo con tu Madre, buscándote

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

. No se puede dudar de que nuestra vida espiritual va dirigida a conocer mejor a Jesucristo para amarle más. Nuestra condición de peregrinos nos hace ser cautos y prepararnos con unos medios apropiados, escogiendo los itinerarios más cortos y seguros que nos ayuden a alcanzar felizmente la meta propuesta.
. La mejor guía que podemos buscarnos para recorrer este camino es María, quien tuvo la experiencia de buscar a Jesús, cuando éste se había quedado en el templo de Jerusalén. Tuvo momentos de angustia al pasar el tiempo y no encontrarle tan pronto como hubiera deseado, perolas “corazonadas” que tienen las madres no fallan, por eso María insistió en la búsqueda hasta que le encontró.
. José, que no dejaba a María ni un momento, compartió con Ella las angustias e inquietudes, pero también las alegrías del encuentro.
. Este pasaje evangélico (Lc.2,41-52) nos marca a nosotros cómo tiene que ser nuestra búsqueda de Jesús: En compañía de María.
. Juan Pablo ll en su carta encíclica “Redemptoris Mater” (1987), comentando un texto mariano de la “Lumen Gentium” del Concilio Vaticano ll, dice: “Su excepcional peregrinación de fe – de María – representa un punto de referencia constante para la Iglesia, para los individuos y las comunidades, para los pueblos y naciones y, en cierto modo, para toda la humanidad”.
. Todo aquel que conoce a María como Madre de Jesús y también su madre, esto le da pie para tener a María como guía, maestra y compañera de camino. Con nadie mejor que con Ella podemos pasar por este valle de lágrimas para ascender al monte de la paz y de la tranquilidad.
. Jesús no se nos puede esconder durante mucho tiempo, cuando vamos buscándole de mano de María, pues, para un madre no tiene secretos su hijo, Ella seguro camino para llegar a Cristo no nos dejará de la mano hasta que no le hayamos encontrado.
. En los encuentros diarios de la oración la que mejor nos puede ayudar para acercarnos al corazón de Dios, no es otra que su Madre. ¿Qué aval podemos presentar a Jesús, cuando queremos pedirle algo?. Nada mejor que la recomendación, que nos puede hacer su Madre, razón esta para llamarla y tenerla como la Medianera de todas las gracias.
. ¿Qué mejor broche de oro para nuestra vida que presentarnos ante Jesús, al final de nuestra existencia, de la mano de María. A Ella la hemos aplazado todos los días al decirle en el “Santa María”: “Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”.
. El que busca a Jesús, lo encuentra y el que le busca con María tiene la certeza de que un día no lejano Cristo se le hará el encontradizo y al presentársele su saludo puede ser :
“Vengo con tu Madre, buscándote”