María y Jesús se recomiendan

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

Una visión imperfecta de la realidad es querer negar lo que Dios ha establecido. En el plano espiritual cristiano es 

inseparable el amor a Jesús y a María; sabemos que el Hijo de Dios llegó a nosotros por medio de María y Ella todo lo que tiene se lo debe a su condición de Madre de Cristo.

1.- María nos manda a Cristo.

. Las únicas palabras que recoge el Evangelio y que nos dirigió María, son las que en la Boda de Caná dijo: "Haced lo que El os diga" ( Jn. 2, 5 ). María como madre solícita siempre está pendiente de todo lo que pasa, aunque a Ella no le corresponda directamente, no se desentiende de la marcha del buen funcionamiento de la fiesta en la que Ella está invitada.

. No espera a que le pidan este favor, ellos no conocía la condición divina de Jesús, le tenían como un simple invitado. 

María era consciente de que su Hijo no era uno más, sino totalmente distinto. Ella conocía la concepción milagrosa y comprobaba constantemente su condición mesiánica, por eso se pone de intermediaria entre los recién casados, portadores de estrecheces económicas, y entre su Hijo sin bienes materiales, pero con poder de enriquecernos.

. María como siempre actúa de agente y queda en la penumbra, les manda a los criados que hagan caso en todo lo que su Hijo les mande.

. En este pasaje de la boda de Caná María se pone en el puesto que le corresponde, bien lo sabía. No se hace el punto de atracción, sino que los conduce a Jesús, ya que El es el término, María es el camino.

. Así sigue haciendo con nosotros: A Jesús vamos por María, con Ella y junto a Ella encontramos siempre a su Hijo.

. Varias figuras nos ayudan a comprender esta función de intermediaria, de intercesora de María, v.gr. en la imagen del Cuerpo Místico de Cristo Ella es el cuello que une a la Cabeza con el resto del cuerpo. El título de Abogada y otros más van en la misma línea.

. María nos toma de la mano para llevarnos a Cristo.

2.- Jesús nos entrega a María.

. "Viendo a su Madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la Madre: Mujer he ahí a tu hijo" ( Jn. 19, 26 ).

. Juan representaba a la Iglesia, nos entrega lo que le quedaba y más apreciaba: a su Madre.
En el regazo materno el hijo se encuentra seguro, Jesús ha tenido esta experiencia y quiere que nosotros también la tengamos.

. Jesús se fía de su Madre y por eso nos la entrega como tal, pues, si nos ha redimido con tanto dolor y sufrimiento, no quiere que nos quedemos huérfanos, sino que tengamos en María el lugar de refugio. !Bien sabe El a quien nos confía!.

. La historia es testigo desde los primeros tiempos del cristianismo del papel materno, que María ha ejercitado con todos sus hijos. Ella es responsable. Nos corresponde a nosotros el comportarnos como verdaderos hijos.

. La obra que Jesús había venido a realizar, la Iglesia, que es "El mismo proyectado en el tiempo", la puso en manos de María, como antes el Padre había puesto a su Hijo en las mismas manos.

3.- Amar a Jesús y a María.

. El amor a María y a Jesús deben ir unidos.

. Por María vamos a Jesús. 

. A Jesús le agrada que acudamos a María, pues, Ella nos preparará para terminar en El.

. Quien de verdad ama a María, termina amando a Cristo.

. Quien ama sinceramente a Cristo, no puede dejar de amar a María.

. No son dos amores equiparables, pues, el de María siempre tiene condición de medio y el de Jesús de fin.

. "Todo a Jesús por María.vtodo a María para Jesús".