María mujer atrevida

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

. Una palabra puede tener distintas acepciones, se deduce el sentido, que se le quiere dar, por el contexto en que aparece.

. Entendemos aquí por atrevimiento la determinación de hacer algo muy arriesgado.

. La idea que se nos da muchas veces de María es la de una joven nazarena en la que se suele alabar su modestia, pero se olvida con frecuencia su audacia y atrevimiento al aceptar la propuesta del ángel, pues, a los ojos humanos ?no había por donde cogerlo?, ?imposible de conciliar?: Ser al mismo tiempo virgen y madre.

. Todo acto de fe es un acto de atrevimiento, un riesgo, pues, es aceptar algo incomprensible humanamente; pero quien cree se pasa al plano sobrenatural en donde no existen nuestras categorías, pues, son trascendidas, ya que es 
la mente divina quien plenamente las conoce y nos las propone a las personas humanas, para que las aceptemos.

. María, quien nunca lo había soñado, entra en la Historia de la Salvación, porque es audaz, porque es creyente, porque se fía de la Palabra de Dios, aunque no la entiende y por eso pregunta: ?Cómo será?. La respuesta que recibe del ángel le da la explicación del misterio, pero no la comprensión.

. El Espíritu Santo, el poder del Altísimo, realizará en María la obra más grande, porque Ella es humilde, sencilla, pero no apocada, es atrevida y audaz al fiarse plenamente de Dios. El hace maravillas con medios aparentemente inadecuados, para que así aparezca más claro que no es la criatura, sino Dios quien realiza lo insospechado.

. La audacia y el atrevimiento son requisitos, no los únicos, para ser creyente. Jesús nos dice en el evangelio que, si tuviéramos la fe como un grano, moveríamos montañas ?Cuál no sería la de María que permitió que el Hijo de Dios fuera también suyo?.

. Las mujeres israelitas querían tener entre sus descendientes al Mesías, por eso la esterilidad era considerada como un oprobio De ninguna sabemos que quisiera ser madre de Dios, pues, este atrevimiento era inconcebible para cualquier criatura; María tuvo una fe tan grande que le hizo en realidad ser lo que nunca pensó, pero lo aceptó, cuando el Señor se lo propuso, basándose en la Palabra del Señor no en su valía, pues, Ella en aquel momento trascendental de la historia se proclama la ?esclava del Señor?, la que se pone totalmente en sus manos, la que tiene una gran disponibilidad, para que Dios haga lo que le plazca. María dijo ?Sí? desde la inseguridad de lo 
desconocido, desde la sencillez de una buena mujer israelita, que había puesto su plena confianza en Dios.

. La falsa prudencia, fruto de un temor a hacer el ridículo, no se compagina con la fe de María, que le lleva a arriesgarse, a aceptar y colaborar con los planes del Altísimo:
- Ella siendo criatura, llegará a ser Madre del Creador.
- Ella siendo redimida, será Corredentora.
- Ella proclamándose ?esclava?, llegará a ser Nuestra Señora.

. Otros actos de atrevimiento y audacia de María no se le pueden comparar con el acto de fe, que manifestó en la Anunciación; por eso su prima Isabel la saluda alabándola por la fe ??Dichosa tú, que has creído! Porque lo que te ha dicho el señor se cumplirá? (Lc. 1, 45)

. El atrevimiento va en proporción con las consecuencias que de él se siguen. Nunca en la historia del hombre tanto dependió del consentimiento de la criatura humana (TMA. 4) como la Encarnación del Hijo de Dios, el gran 
acontecimiento singular. Con el ?fiat? de María se obra la humanización del Hijo de Dios.

. El atrevimiento está en proporción directa con la humildad, pues, ésta se apoya no en su valía, sino en el poder de Dios.