María exige superlativos

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

. No añoramos las invocaciones dirigidas a María en la que todos los calificativos terminaban en ísima, por ejemplo, dulcísima, etc..., eran maneras de hablar más apropiadas a otras épocas en las que se saltaban la sencillez en las expresiones y, a simple vista, nos distanciaban a María a quien llenaban de adjetivos calificativos terminados en formulación superlativa.

. No merma en nada nuestra creencia en la gran distancia que existe en santidad, en virtudes y prerrogativas entre María y nosotros, al tratar a María de una manera más sencilla, ya que estamos acostumbrados a tutearnos en la mayoría de los casos, pues, lo hacemos también, cuando nos dirigimos a Dios, por eso no encaja con nuestra manera de expresarnos el uso de formulaciones superlativas.

. Reconocemos que María es "la Virgen" por antonomasia, "la sin pecado", la Inmaculada, la que conocemos como "La Purísima"..

. María en virtudes es entre las criaturas "La más...". La razón está en que Dios exige una perfección en consonancia con la misión que le confía. A ninguna criatura Dios la eligió para que fuera su Madre, a excepción de María.

. Nos es inconcebible el poder imaginarnos la grandeza que supone para una criatura el que sea realmente la Madre de su Creador, por eso tampoco nos podemos hacer una idea de las prerrogativas con que Dios la adornó. Queremos expresar esa realidad de una manera con la que quisiéramos decir todo aquello que es María para nosotros, y que, sin embargo, somos conscientes que no lo hacemos de una manera exhaustiva, pues, nuestra palabras no expresarán toda su grandeza

. María no sólo es poderosa ante Dios, sino que es la que más poder tiene ante su Hijo.

. María no sólo es santa (fiel cumplidora de la voluntad de Dios), es Santísima, ya que fue "la llena de gracia" (Lc. 1, 28)

. Lo mucho que la amó Dios y la fidelidad exquisita que siempre tuvo no sólo para las exigencias de la voluntad divina, sino para las simples insinuaciones, dio como resultado una virtud excelente, extraordinaria, en grado superlativo.

. Por inercia unimos ternura, cariño, amor al nombre de madre, esos mismos calificativos se los podemos poner a María, que como es la mejor de las madres, los tiene en grado superlativo; pero también le corresponde a Ella toda virtud, que supone esfuerzo, sacrificio, por eso la proclamamos Reina de los Mártires, queriendo con ello significar los acerbísimos dolores, que sufrió en la pasión de su Hijo.

. En todo seguimiento de Cristo, "cargando con la cruz", bien sea ejercitando virtudes, bien sea soportando sufrimientos, ninguna criatura adelanta a María en el camino de la perfección, Ella siempre va a la cabeza, porque es: La Santísima Virgen María Madre de Dios.