Esclavitud Mariana

Padre Tomás Rodríguez Carbajo

 

- El término esclavitud lo vemos a simple vista cargado de un sentido peyorativo, pues, nos induce inmediatamente a la idea de falta de libertad, que es un don muy apreciable para el ser humano, ya que la dignidad a éste le viene por ser imagen y semejanza de Dios.

- Somos imagen de Dios, porque nos ha dotado de una inteligencia y una voluntad libre, de ahí que lo que nos dignifica, lo valoramos, lo cultivamos en nosotros y respetamos en los demás.

- El esclavo es aquel al que se le priva del libre ejercicio de su voluntad, que está a beneplácito de quien es considerado como señor.

- No toda esclavitud tiene los mismos motivos:

. Hay esclavos a la fuerza: Aquellos que no son reconocidos como dignos seres humanos; se les juzga por algo exterior, como es, el color de la piel, lugar de nacimiento, situación de subdesarrollo en la sociedad en que viven.
A estas personas se les trata como simples objetos de producción, de placer, etc...

Este tipo de esclavitud, que en algún tiempo y en determinadas culturas pudo tener unos ciertos justificantes, para la sociedad actual es totalmente desechada. Si al reconocimiento de los derechos humanos, que atañen a todas las personas, le unimos la característica cristiana de la caridad, no puede caber en nuestros esquemas la esclavitud forzosa, explotada, y, por lo tanto, denigrante.

. Hay esclavos, que son voluntarios, aquellos que libremente someten su entera voluntad a alguien en señal de una disponibilidad y entrega total..
En este grupo podemos meter la esclavitud de María y la esclavitud a María.

1.- Esclavitud de María.

- Ella al conocer la voluntad de Dios, los designios que sobre Ella tenía, que ni los sospechaba, ni los buscaba, ni comprendía, llevada por la disponibilidad total a realizar todo aquello que el Señor dispusiera, se proclama la esclava del Señor.

- La Palabra de Dios tuvo plena acogida en su corazón, quería mostrar su total fidelidad al amor de Dios, que de manera imprevista se le manifestaba, no encontró mejor expresión de su entera disponibilidad ante Dios que decir lo que sentía y vivía: He aquí la esclava del Señor (Lc. 1, 38). 

- Qué diferente esta esclavitud, fruto de un gran amor al Señor, que llevada por la fe se fía totalmente de El y espera con su gracia arribar a puerto seguro, de aquella que no respeta el gran valor de la libertad de sus semejantes!.

- María se sometió total e incondicionalmente a la voluntad de Dios, se rindió siempre ante el descubrimiento de cualquier insinuación del querer divino, por eso no es un eufemismo, sino una realidad lo que expresa la voluntad de María ante el conocimiento de los planes de Dios al ser elegida para ser la Madre del Redentor, la frase que sale sinceramente de su boca: He aquí la esclava del Señor.

- Ella pide explicaciones ante la incompatibilidad de ser al mismo tiempo virgen y madre desde la perspectiva humana, pero somete libre e incondicionalmente su voluntad ante el querer de Dios, fiándose de El, pues, está segura de que lo que es imposible para el hombre, no lo es para Dios.

2.- Esclavos de amor de María:

- María es modelo acabado de todas las virtudes, una característica de la verdadera devoción es la imitación en todo aquello que está a nuestro alcance.

- Si María fue la esclava del Señor, nos parece lógico que nosotros también lo seamos, pero es compatible compartir la esclavitud con Jesús y con María?. La idea de esclavitud lleva consigo la de total sometimiento y en exclusiva a la voluntad del amor del Señor; hay una unión íntima de Jesús y de María; por voluntad divina y de manera gratuita María fue asociada a la obra de la Encarnación y Redención. Jesús es nuestro Dueño y Señor no sólo por naturaleza al ser Dios, sino también por conquista al ser nuestro Redentor.
A María la llamamos Nuestra Señora y tiene derecho a nuestro homenaje a causa de su Hijo, ya que El la asoció de una manera inseparable a su obra salvadora.
No son derechos semejantes los de Jesús y de María a nuestro total sometimiento, sino que son los mismos, los que corresponden a Jesús por naturaleza y por sí mismo, son los que corresponden a María por gracia y por causa de su Hijo.

- María siempre nos lleva a Jesús, por eso nuestro sometimiento a su voluntad es lo mismo que someternos a la voluntad de Dios, ya que están en plena sintonía, cuanto más dependemos de Ella tanto más pertenecemos a su Hijo. San Buenaventura nos dice: El camino para llegar a Cristo es aproximarse a María.

- Si Dios tuvo empeño en presentarnos a su Madre como la obra perfecta, la llena de gracia, y fue el medio que quiso tener para acercarse a nosotros Cuánto le agradará el que nosotros reconozcamos lo mucho que la amó y que correspondamos con un amor tierno y profundo, para que en la medida de nuestras posibilidades la amemos como Ella se merece por ser nuestra Madre, y como El quiere, para que seamos verdaderos hijos!.

- Cuanto más dependemos de Ella, tanto más pertenecemos a su Hijo.

- Nuestra esclavitud no es por coacción, sino por amor.