Servicio discreto de María

Padre Tomás Rodríguez Carbajo


La discreción no es sinónimo de alejamiento o pasividad, sino que es una presencia activa sin ostentación y sin pretensiones de protagonismo. Jesús y María no estaban alejados de la vida de los hombres, sino que participaban de sus vivencias bien fueran éstas alegres o tristes.
La persona discreta está presente, pero si no se le necesita no se nota su presencia.
La persona discreta sabe dar la cara, cuando sus servicios son necesarios, aunque no se le requiera.
La persona discreta tiene su valía puesta a punto y al menor atisbo de su necesidad presta sus servicios.
La persona discreta no busca reconocimiento por aquello que hace en favor de alguien. .
Todas las anteriores características las encontramos en  María, poco nos dice el Evangelio de Ella, pues, esta discreción es ya un reflejo del actuar de María.
Con discreción acude a visitar y ayudar a su parienta Isabel, sin pregonar su condición de Madre escogida por Dios.
Con discreción se hace presente en Caná para resolver el primer apuro de unos recien casados.
Con discreción escucha entre la muchedumbre la predicación de su Hijo, sin darse a conocer entre los de su alrededor.
Con discreción, sin que disminuya su dolor de Madre, se presenta en el camino del Calvario, alentándole así en la dura tarea de salvarnos.
Con discreción y entereza está presente en el Gólgota.
Con discreción y amabilidad acoge a los Apóstoles, que se habían dispersado.
María no sabe estar de otra manera, por eso agradó a Dios y El la eligió por Madre.