El hombre de hoy y María

Padre Tomás Rodríguez Carbajo


- No quiere los mitos de María, sino su figura.
- No quiere énfasis al hablar de Ella, sino naturalidad, por ser nuestra Madre.
- No necesita nuevas formas de devoción, sino nuevas formas de catequesis sobre la figura de María.
- No quiere que se le presente como lejana y despreocupada, sino que necesita su presencia viva de Madre, de guía
- No la admite como ideal abstracto, sino como persona activa, operante.
- No lo quiere como un meteoro fugaz, sino que el misterio de María con suavidad inunde toda su vida.
- No la tiene como un obstáculo para llegar a Dios, sino como ayuda y apoyo para alcanzar la santidad.
- No la tiene como un adorno, sino como una necesidad en su vida cristiana.
- No la quiere dulzona, sino tierna.
- No la tiene como una antigualla, sino como algo muy actual por ser necesaria.
- No se trata sólo de invocarla, sino de vivir como Ella.
- No se enamora tanto de los privilegios con que Dios la adornó, como de su disponibilidad al servicio de la voluntad divina.
- No la ve como meta a alcanzar, sino como camino a seguir para llegar a Dios.
- No se fija en el puesto social, que ocupó, sino en la gran capacidad para decir siempre Sí a Dios.
- No la quiere contemplar sólo como Reina del Universo, sino como Madre de cada uno en particular.