Equilibrio con María

Padre Tomás Rodríguez Carbajo


Debido a nuestra frágil condición humana estamos sometidos a posibles deformaciones y abusos en 
todos los campos, incluyendo el religioso.
Cuando entramos en relación con las personas hemos de tener en cuenta la razón de nuestro trato como la forma de realizarlo. Dentro de una tónica común, que siempre hemos de tener presente, como es el respeto, hay formas variadas para nuestra relación de amistad, de obediencia, de superioridad, de filiación, etc...
Después del Vaticano Segundo ciertas manifestaciones de piedad mariana han desaparecido casi en su totalidad o al menos notablemente han disminuido, causas muy variadas quieren explicar este fenómeno, han llegado a esa situación por no ser fieles a lo que nos dice el Concilio en la Constitución sobre la Iglesia al hablarnos de Maria o lo que Pablo VI nos ha advertido en su Exhortación Apostólica "Marialis Cultus" sobre las características de la verdadera devoción a la Virgen.
Nuestro desequilibrio en la devoción mariana puede ser motivado por el contenido o por las formas:
1.- Nuestro fallo puede afectar al contenido.
a.- Podemos caer en la superstición no por la devoción en sí, sino por nuestra ignorancia o tal vez malicia. Un ejemplo de esto sería el de las personas que hacen caso a esas "cadenas" que les llegan por carta cargadas de invenciones bobas y amenazas del cielo. Otro ejemplo, el de quienes por usar objetos religiosos (escapularios, medallas, etc...) pecan con más tranquilidad, fiados en que ellos los salvarán.
b.- Otros caen en el extremo contrario, tienen miedo de "hacer sombra al Salvador", sin son devotos de María.
Juzgan por sí mismos con el molde de las envidias y celos.
2.- Otro fallo afecta a las formas de esa devoción.
"Los que la cifra en una vana credulidad o en un estéril y pasajero movimiento del sentimiento" 
(M.C. Nº 38) La devoción es fruto del amor y éste no puede ser de temporada o en momentos señalados 
de euforia.
Puede darse los fallos mencionados, que el mismo Pablo VI deplora y nos dice que "no está en armonía con la fe católica" (M.C. nº. 38); esto nos hace tener presente:
.- El Concilio amonesta a todos los hijos de la Iglesia a que fomenten con generosidad el culto a la Santísima Virgen, particularmente el litúrgico; que estimen en mucho las prácticas y ejercicios de
piedad hacia Ella recomendadas por el Magisterio. (L. G. nº. 67)
. - EL papel de María ha sido de subordinación respecto a Jesús, nosotros no podemos alterar el 
orden de la jerarquía, es Madre de Dios, no es Dios ni simple criatura, guardemos un equilibrio con 
María, teniéndola en el lugar que le corresponde.