La Virgen María en la Iglesia 

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La Virgen en su vida fue ejemplo de aquel afecto materno, con el que es necesario estén animados todos los que en la misión apostólica de la Iglesia cooperan para regenerar a los hombres" 

Una de las verdades de nuestra fe católica, es aquella que habla de la total relación entre Jesucristo, la Iglesia, y la Virgen María. Esta relación guarda una total y plena trabazón, de tal manera que sería imposible hablar de Jesucristo sin hablar de la Iglesia, y de la iglesia sin María Santísima. 

Jesucristo el salvador del mundo, con el deseo de restaurar el reino de Dios, funda una comunidad de salvación, la Iglesia; que no duda en reconocer a la Virgen María, como la Madre de Dios y abogada de los hombres ante el Padre. Así, en el plan de salvación, del cual la Iglesia es signo e instrumento, la Virgen María ocupa un papel importante de intercesión. 

Portal motivo, la virgen Madre ha ocupado desde siempre un papel importantísimo dentro de la doctrina católica. La prueba de ello lo encontramos en la declaración de los 4 dogmas marianos que la Iglesia ha promulgado y que los fieles católicos aceptan con respeto y devoción. 

Primero. María es Virgen antes de Madres de Dios(concilio de Efeso, 431). 

Segundo María es Virgen antes y después del parto (Concilio de Calcedonia, 451; concilio de Constantinopla II, 553; concilio Lateranense, 649). 

Tercero María fue concebida sin pecado original (Pío IX, Bula Inefabilis Deus, 1854). 

Cuarto María fue asumida al cielo en cuerpo y alma (Pío XII, constitución apostólica Munificentisimo Deus, 1950). 

Estas manifestaciones del magisterio de la Iglesia constituye el reconocimiento de la auténtica imagen que la Virgen María tiene dentro de la Iglesia. 

La Iglesia llamada a Imitar a la Virgen María 

Concluyamos este acercamiento ala figura de la Virgen María en la Iglesia con una invitación a reflexionar según la constitución dogmática Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II. 

"La Iglesia, reflexionando piadosamente sobre ella y contemplándola en la luz del verbo hecho hombre, llena de veneración entra más profundamente en el sumo misterio de la Encarnación y se asemeja más y más a su Esposo. Porque María en cierta manera e sí une y refleja las más grandes exigencias de la fe, mientras es predicada y honrada atrae a los creyentes hacia su Hijo y su sacrificio y hacia el amor del Padre. 

La Iglesia se hace más semejante a su excelso modela, progresando continuamente en la fe, la esperanza y la caridad, buscando y obedeciendo en todas las cosas la divina voluntad. Por lo cual, también en su obra apostólica con razón la Iglesia mira hacia aquella que engendró a Cristo precisamente para que por la Iglesia nazca y crezca también en los corazones de los fieles. 

La Virgen en su vida fue ejemplo de aquel afecto materno, con el que es necesario estén animados todos los que en la misión apostólica de la Iglesia cooperan para regenerar a los hombres" (G es S 65). 

De la revista Teología para hoy # 13 
Fuente: Diócesis de Celaya, México