María, modelo de servicio y entrega a los demás 

Arzobispado de Huancayo, Perú 


Ya hemos recordado antes, cómo gran parte de su vida estuvo dedicada al servicio de la Sagrada Familia. Modelo de servicio y atención a los demás, en las bodas de Cana. Ahí fue la primera en darse cuenta de que faltaba vino y dio los pasos necesarios para remediar tan apurada situación. La vemos como modelo de servicio en todos las ocasiones. Iba a la fuente, cocinaba, lavaba, oraba. Aquí, como siempre, es un modelo para toda la Iglesia que tiene como especial mandato de su Señor el amor y servicio al prójimo.

Como buena mujer judía, ella oraba. El pueblo judío según el mandato de la Biblia, oraba mucho. Sin duda que nunca faltaba los sábados a la sinagoga y recitaba de memoria los salmos de su antepasado el Rey David; cada año iba al Templo de Jerusalén según lo mandaba la Ley de Dios.

Modelo de compromiso con el pobre. María no tuvo que hacer la "Opción preferencial" por los pobres de que tanto se habla hoy. Ella fue realmente pobre, pero no aceptó su pobreza y la pobreza de tantos millones de hombres como algo "querido por Dios", sino que comprendió que era culpa de los ricos y poderosos que no saben compadecerse de sus hermanos. Como nos lo da a entender el famoso himno que entonó cuando fue a visitar a su prima Isabel:

"Engrandece mi alma el Señor y mí Espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso. Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada..."
(Lucas1, 46-53).