La Salve (1)

Padre Tomás Rodríguez Carbajo 

 

Tal vez después del Ave María es la plegaria que los hombres dirigen más frecuentemente a la Madre común.

1.- Autor:

La Salve, como muchas de las obras geniales, es anónima. A nueve autores se les ha atribuido su paternidad, aunque ninguno de ellos puede presentar el título de propiedad, puede ser que sea de varios, aunque las últimas palabras se atribuyen con más razón a San Bernardo: "jOh Clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!".
Hasta que no se encuentre el manuscrito que revele a su autor, hay que hacer conjeturas sobre quien compuso esta plegaria.
Muchos manuscritos y libros la traen, son rarísimos los que usan las mismas palabras; aparecen como aspiraciones, alabanzas y títulos dados a María, y en torno a estas expresiones: Reina de Misericordia, Madre Misericordiosísima, Abogada Nuestra.
Entre las probabilidades que distintos autores tienen de ser ellos los que la han compuesto, v.gr. Adamaro de Monteil, Obispo de Puy, que murió en 1098 ( a él se la atribuye Berceo en "Los Milagros de Nuestra Señora" escritos hacia 1246; también Alfonso X, el Sabio, en la Cantiga 262 ); Hermán Contracto, monje benedictino (según Tritanio en el catálogo de hombres ilustres de la Orden de San Benito dice que la compuso en 1040); San Pedro Mezonzo, Obispo de Compostela por los años 986 a 1000. A juzgar por esta argumentación cronológica, las mayores posibilidades de la autoría de la Salve estaría a favor de San Pedro Mezonzo.
Desde el punto de vista gramatical, ,todos los estudios de los manuscritos paleográficamente coinciden en que se escribió desde 1067 a 1135.

2.- Divulgación:
a.- Ordenes y Congregaciones Religiosas:

La difusión de la Salve se debe, ante todo, a San Bernardo. No sólo la aprobó, sino que en sus obras se leen sermones predicados a sus monjes en que con admirable energía explica esta bellísima antífona.
San Francisco de Asís, cuando se encomendaba a la Virgen, la saludaba tierno y amoroso con la Salve.
San Buenaventura no sólo la rezaba, sino que procuraba adornarla con versos elegantes, piadosas meditaciones y fructuosas contemplaciones
Los dominicos la han promovido siempre y practicado contra los albigenses, en el Sur de Francia, la repetían como el mejor antídoto contra las doctrinas disolventes de aquellos.
En tiempo del Beato Jordán de Sajonia, 2º General de los Dominicos, se obligaron a cantar esta antífona todos los días despues de Completas.

. La Salve carmelitana alcanzó una solemnidad y plasticidad impresionante, almas místicas merecieron ver a la Madre de Dios acogiendo complacida a los siervos que la cantaban. Santa Teresa escribe: "Comenzando la Salve, vi en la silla prioral bajar con gran multitud de ángeles a la Madre de Dios y ponerse allí. Estuvi así toda la Salve y díjome: Yo estaré presente en las alabanzas que hicieren a mi Hijo y se las presentaré" (C.C.22).

San Alfonso Mª de Ligorio con su libro "Las Glorias de María", que es un comentario con ejemplos a la Salve ha colaborado grandemente para la divulgación de la misma.

b.- Los Papas:
. Gregorio IX (1227-41) no sólo la aprobó, sino que mandó se cantase en todas las iglesias del orbe católico.
. Inocencio IX (1591) mando a todo el clero que la rezase todos los días en aquellas turbulentas guerras que tuvo la Iglesia con el emperador Federico 11.

c.- Súplica del pueblo fiel:
A partir del rezo litúrgico se generalizó su uso en el pueblo fiel. Fue la devoción popular por antonomasia, hubo tiempo en que la sabían todos los cristianos.

. Los cruzados cantaron la Salve al tomar Jerusalén.
. En las cruzadas españolas contra la morisma resonó siempre en los
campos de batalla el rezo de la Salve.

. Colón y sus gentes repitieron diariamente la Salve en sus viajes.

. En muchos templos es costumbre rezarla especialmente los sábados y al final del Rosario.