La Salve (2)

Padre Tomás Rodríguez Carbajo 

 

1.- Contenido:

La Salve no es un tratado de teología ni un poema de literatura, sino una oración, un desahogo, una súplica a la Madre Misericordiosa.
En la Salve:
-Se ve a María como Madre, sin dejar por ello de verla también como Reina.

-Se la contempla piadosa, porque es Madre, y clemente, porque es Reina compasiva.
-Se acude a Ella con confianza, porque es medianera y la mejor abogada que tenemos los hombres ante su Hijo.

-Se regocija uno al invocarla: "¡Oh clementísima, oh piadosa oh dulce siempre Virgen María!.

2.- Canto de los desterrados:

. La Salve es propia para los que aún estamos por este mundo camino hacia nuestra patria definitiva, el cielo, con toda la carga que lleva esto de dolor y lágrimas: "gimiendo y llorando en este valle de lágrimas".
. La invocamos como "Madre de misericordia", pues, mientras estamos en esta vida, es cuando necesitamos de esta compasión, como de su intercesión ante su Hijo; como Madre de Cristo y nuestra no deja de ejercer su poderosa intercesión.

. Como todo peregrinaje tiene su fin, cuando lo terminemos aquí en la tierra, no por eso deja María de ser para nosotros la "Reina y Madre de misericordia", alabanza esta última que se traduce en la gloria como "vida y dulzura".

3.- En el final de la vida:
Esta invocación tiene dos partes: una para los que aún estamos en este mundo y la otra para el más allá; es lógico que nos sirve de eslabón al pasar de esta vida a la otra, así lo expresan algunas Ordenes Religiosas, como los Carmelitas y Dominicos, quienes, cuando algún Hermano o Hermana está agonizando, toda la Comunidad lo rodea y acompaña, aunque sea a media noche, y en el instante de expirar se canta a coro la Salve.
La Salve fue el himno que cantaron por última vez las 17 mártires carmelitas de Compiegne, cuando el 17 de Julio de 1794 la Revolución francesa estaba en plena orgía de sus crímenes estúpidos.

Antes de entregarse al sueño, símbolo este de la muerte, los monjes cistercienses fieles seguidores de San Bernardo se despiden de la Señora con el canto de la Salve, que suena no como un rezo, sino como una serenata apasionada, que como trovadores dedican llenos de ternura a su Dama. Esta costumbre entre ellos está vigente hasta nuestros día desde que en 1251 se estableció que se cantase la Salve todos los días al final de Completas.

4.- Se canta y se reza la Salve.
La Salve se hizo para el canto y para el rezo.

a.- Se canta:
. A la Salve se puso música y se cantó en el mismo s.Xl en que aparece su texto. Es considerada entre los cantos más solemnes.

. Del uso litúrgico pasó a la devoción popular, primero en gregoriano, después en polifonía, ha sido objeto de muchas y óptimas composiciones musicales. Algún famoso compositor como F. Shubert tiene además de su famosísima "Ave María", un "Magníficat", dos "Stabat Mater", cuatro "Salve Regina".
. Merecen citarse las "Salves" montserratinas, que a partir del siglo XIII hay varias en casi todos los siglos.

. El acto litúrgico más característico de las iglesias carmelitas es la Salve solemne de los sábados.
. El canto solemne de la Salve los sábados por la tarde en Abadías y Monasterios daría origen a las famosas "sabatinas".

. Los peregrinos entraban y salían cantando la Salve en las iglesias marianas, y sobre todo en las catedrales famosas como Chartres, Tolosa y Compostela.

b.- También se reza.
La Salve es la oración más popular que dirigimos a la Virgen, después del Ave María. En ella encontramos la expresión más genuina de nuestros sentimientos más hondos, frutos de la experiencia universal de la vida: la insatisfacción, la desgracia, el dolor, la desgracia, como la fe esperanzada en nuestra Madre para que Ella las alivie, rogándole que nos dé el mayor bien que nos puede proporcionar "muéstranos el fruto de tu vientre Jesús".