Nuestra Señora de Europa

Padre Tomás Rodríguez Carbajo 

 

A veces los títulos o advocaciones que damos a María nos parecen caprichos o coincidencias, pero no es así, ya que podemos hacer distintas lecturas de unos simples acontecimientos.
La advocación de María con el título de Ntra. Señora de Europa tiene distintos ángulos de visión y desde cualquiera le "asienta" bien.
No es fruto de los aires nuevos que nos llevan en todo a estar a nivel europeo y que llegan a salpicar también al campo religioso.
Mucho antes de que se crease la CEE (Comunidad Económica Europea), ya se veneraba en Algeciras (Cádiz) a Ntra. Sra. de Europa, una bella imagen sedente con el Niño en el regazo, coronando sendas sienes unas diademas reales y teniendo la Virgen en su mano derecha un cetro real. Desde el talón de España parece extender su regio patrocinio sobre todo el continente europeo, sin que quede nada por detrás que se vea libre de su benéfico influjo.
En la década de los 60 circularon por España unos sellos de correo de 1 y 5 Pts. de valor, cuya efigie era la Virgen llevando en sus brazos a su Hijo pequeño dormido, estaba en una actitud de caminante; el pie del sello tenía la leyenda de Ntra. Sra.de Europa.
Este título que atribuimos a Ntra. Señora no es un querer acapararla con exclusión de que su ayuda y amparo se extienda a otros países y continentes, sino que reclamamos su protección y ayuda, porque hace 20 siglos Europa ha sido cristianizada y no queremos dejar que su influjo materno deje de socorrernos. Cuando_ los aires del materialismo con su gama de variantes, v.gr. hedonismo, dinero, etc... Quieren secar las matas enraizadas de nuestra cultura y vivir cristiano, tiene un reclamo de urgencia la angustia con la que invocamos a María como Ntra. Señora de Europa.
El Viejo Continente que durante tantos años infundió vitalidad a pueblos y continentes necesitan ahora un brío espiritual, para que reavive el recoldo de sus vivencias religiosas y siga siendo paladín de vitalidad cristiana.
La Comisión de los Episcopados de la Comunidad nos ha recordado que la Comunidad Europea no debe ser tan sólo una comunidad mercantil:
"Debe edificarse también sobre valores éticos, culturales y espirituales Si acudimos a María, Ella nos hará descubrir esos valores que no parecen cotizarse actualmente en la sociedad en que vivimos.
Si nos fijamos en una parte de esa Europa, la de los Doce, la de los que componen la CEE, la que va camino de construir los EE.UU. de Europa, sin pretenderlo de una manera explícita, nos están recordando con su bandera azul como fondo de doce estrellas de oro en círculo que María debe de estar presente en este resurgir de la Europa libre y unida.
La bandera de la Comunidad Europea tiene una carga muy profunda de marianismo, pues, el diseñador de la misma, Schuman, ha revelado a LAbbé Pierre Caillón en Agosto de 1.987 que se inspiró para hacerla en la corona estrellada que rodea la cabeza de maría en la vidriera del ábside de la catedral de Estrasburgo.

El diseñador de la bandera de Europa, que nos va siendo tan familiar, pues, ondea en muchos edificios públicos, nos da la bienvenida al entrar en algunos pueblos y ciudades, nos la presenta con relativa frecuencia la pantalla de TV... ha tenido su origen en el amor tierno a la Virgen que profesaba el autor perteneciente al Ejército Azul, y que quiso que el color azul, color mariano, sirviese de fondo a las doce estrellas de la Mujer de la Apocalipsis (Ap.12,1), de esta manera la bandera de la CEE serviría para despertar en nosotros el sueño utópico de una Europa unida.
La bandera presentada fue aprobada por los miembros del Consejo, con alguna reticencia de los ingleses, les pareció bien como emblema de paz y unión para una Europa que avanzaba por el camino del progreso y en busca de una fraternidad entre todos.
El diseñador de la bandera de Europa no explicó sus intenciones hasta después de su aprobación, que tuvo lugar precisamente en una fiesta mariana, el 8 de Diciembre, día de la Inmaculada, en el año 1955. Sus intenciones al escoger el color azul y el número de 12 estrellas, las conocemos porque él las ha expuesto; de esto se han hecho eco todas las revistas marianas. Otras explicaciones que se. quieran dar son coincidencias, pero no reflejan el verdadero móvil de quien la diseñó, por ejemplo, el que el número 12 corresponde a los doce actuales componentes de CEE; los que así piensan olvidan que ya eran doce las estrellas, cuando no eran doce los países. 
Aunque no tengamos presente alguna figura de María invocada como Ntra. Sra. de Europa, sí nos lo recuerda la bandera de CEE, que tan familiar nos está resultando, y aunque muchos no sepan el significado que el diseñador tuvo presente, para nosotros conocedores de ello nos alegramos de que se multipliquen estos emblemas marianos, que nos recuerdan: María es Nuestra Señora de Europa.