Por nuestro bien, nacida

Padre Ramón Aguiló sj.

 

María, hay una fiesta que cada año aparece en nuestros calendarios, y en nuestras Liturgias. Es la encantadora, alegre y piadosa Fiesta de tu Natividad. A mí me parece que está muy bien que se ponga y que se subraye esta fiesta, porque ella nos indica el comienzo de la gran ÉPOCA CRISTIANA. 
 
Y, como todo lo tuyo, todo lo que Tú eres, todo lo que Tú realizas, todo lo que tu Personalidad significa, nos lleva a los que hemos recibido el don de la fe a pensar en Jesús de Nazaret. Y comprender que este mundo sin Él y por tanto sin Ti, sería una Jaula de grillos, una enorme Jaula de animales salvajes. 
 
Por eso, cuando medito que Tú, María, naciste en un día desconocido y en un lugar que probablemente era la gran ciudad de Jerusalén, experimento una enorme alegría. Porque sé que desde aquel momento, quedó patente ante el universo que el nacimiento de aquella Niña Inmaculada era el anuncio de un gran cambio en la historia de la humanidad. Así las personas importantes recuerdan el propio nacimiento con grandes fiestas. Nosotros deberíamos también llenar el mundo de flores blancas y repartir a todos mensajes de alegría, cuando celebramos el Día de tu Nacimiento. 
 
No sabemos exactamente con toda precisión quiénes fueron tus papás. Pero la opinión más común entre los historiógrafos es que tu papá se llamaba Joaquín y tu mamá Ana. ¿Eran ya personas algo avanzadas en años? Probablemente. Pero eso da un aspecto milagroso a tu concepción, y hasta, diría yo, una ternura muy especial. 
 
Yo he visto y he contemplado varios cuadros grandes, obras de pintores, que te representan a Ti, Niña, en un hogar tranquilo, ante la mirada solícita, atenta de tus padres. Nosotros nos sentimos muy felices cuando podemos convivir y dialogar con nuestros papás. Y sonreímos siempre cuando ellos nos hablan, y nos cuidan, y ellos nos miran con aquellos ojos penetrantes y llenos de amor. A ti te sucedía lo mismo, María. 
 
Cuando se habla de Ti, o se escribe sobre tu vida, suelen aparecer las sugerencias de que Tú eras una mujer nacida en Nazaret, porque esta ciudad tuvo y tiene mucha presencia en el desarrollo de tu vida terrena. Pero lo más probable es que Tú nacieras en Jerusalén, la Capital del Judaísmo. Y así lo afirman los escritores más antiguos del Cristianismo, que llegaron a llamarte “Virgo ierosolymitana”.  
Y sabemos muy poco más de tu nacimiento, María. ¿Por qué se celebra tu Fiesta de cumpleaños el día 8 de Septiembre? Dicen los historiadores que se recuerda tu Nacimiento en este día, porque en este día se realizó la Dedicación de una Iglesia en Jerusalén. Lo que hay que subrayar es que tu Nacimiento significa mucho, muchísimo, para el universo cristiano. Y por ello quieren celebrarlo en un momento del año litúrgico, para que los creyentes recuerden la enorme alegría del comienzo de la presencia de Cristo en la historia. 
 
Tu Persona, María, siempre clama como una gran voz, para señalarnos la presencia de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios, el Hijo del Hombre. 
 
Tú, María, ocupas un lugar privilegiado, excepcional, en la Iglesia de Jesús. Todos te queremos mucho. Y queremos repetirte, con el corazón en la mano, que nos alegra contemplarte, recordarte y renovar nuestro Amor hacia Ti. 
 
La Iglesia en este día, dice una oración que quisiera repetirte yo ahora. Dice así: 
 
“Concede, Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que cuantos hemos recibido las PRIMICIAS DE LA SALVACIÓN POR LA MATERNIDAD DE LA VIRGEN MARÍA, consigamos aumento de paz en la Fiesta de su Nacimiento”  
Y termino con unos versos hermosos que espero Te agraden: “Canten hoy, pues nacéis vos / los Ángeles, gran Señora, / y ensáyense, desde ahora, / para cuando nazca Dios”.