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La familia de Nazaret, nuestra familia
Padre Ángel Gómez Escorial
Lc
2, 41- 52
1. -
Este domingo posterior a la Navidad, y dentro de la octava navideña,
está dedicado a la Sagrada Familia. Y es que la Iglesia y su
liturgia quieren que vayamos a la intimidad familiar en que se
desarrolló humanamente el Salvador del Mundo. Siendo Jesús auténtico
hombre --al mismo tiempo que era Dios-- creció con características
idénticas a como lo hace cualquier niño. Y para los pequeños, la
familia --y, sobre todo, su padre y su madre-- son un universo total
y muy significativo. La fiesta de la Sagrada Familia es de reciente
creación y su finalidad es, como se ha dicho, recrear el ambiente
hogareño de Jesús, Maria y José. El último párrafo del Evangelio de
San Lucas que leemos hoy marca perfectamente esa normalidad en el
hogar. Dice Lucas: “Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su
autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba
creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los
hombres”. Tras la incorporación oficial de Jesús como adulto a la
religión --eso significaba la primera `peregrinación a Jerusalén en
la Pascua-- el texto parece indicar que volvieron a Nazaret, sin
más. Pero no sería así.
2. - Y es que no iba a ser fácil la vida de Jesús en la Tierra. No
se habían apagado los ecos maravillosos del quehacer de los ángeles
sobre el cielo de Belén y, asimismo, la presencia de los Reyes Magos
--personajes importantes y misteriosos, que venían de lejos para
adorar al Hijo de Dios-- cuando Herodes inicia una cobarde
persecución contra los niños menores de dos años, para así terminar
con su presunto "competidor" en el trono. San José, que iba a
ejercer con eficacia la paternidad terrena del Niño Jesús, tenía
ante sí un nuevo desafío. Es de suponer habrían sido para él muy
difíciles los días en los que dudaba de su esposa. Un ángel le contó
la verdad y le entregó la responsabilidad de custodiar del Hijo de
Dios. La primera prueba era terrible: emigrar al extranjero al
amparo de la noche para proteger la vida del pequeño. Nada sabemos
del tiempo que la Sagrada Familia pasó en Egipto. Probablemente,
José mejoraría su oficio de artesano, pues los egipcios tenían
técnicas muy adelantadas. Pero, por supuesto, no tuvo que ser fácil.
Ahí vemos el reflejo de la actividad difícil de los emigrantes.
España se ha transformado de país de emigrante a nación que recibe
mucha emigración. Debemos de tenerlo en cuenta y ser muy solidarios
con aquellos que se ven obligados a llegar a nuestra tierra para
sobrevivir. Pero, asimismo, hemos de recordar siempre la condición
de Jesús emigrante, pero que no se nos olvide la necesidad de ayudar
a nuestros prójimos que vienen de países lejanos. En el ciclo B se
lee el Evangelio de San Lucas sobre la presentación en el templo de
Jesús. El episodio de la huida a Egipto, de San Mateo, es propio el
ciclo A, pero es importante reseñar ambas cosas hoy aquí, para tener
una impresión mas completa de como fueron los primeros años de esa
Familia Sagrada.
3. - Hay otro reflejo interesante y es meditar pausadamente sobre la
familia de Nazaret, sobre el crecimiento de Jesús y sobre su
aprendizaje profesional y vital. Tampoco hay muchos datos sobre la
larga estancia de la Sagrada Familia en Nazaret. El Evangelio que
leemos solo nos habla de la subida a Jerusalén, de la desaparición
de Jesús y de su estancia en el Templo. Durante un tiempo esas
jornadas familiares en Nazaret fueron suplidas por los piadosos
relatos de los evangelios apócrifos. No es posible establecer su
verosimilitud y tampoco es importante que no sean hoy conocidos. Es
fácil pensar, con nuestra propia imaginación, el tiempo maravilloso
de la infancia, adolescencia y primera juventud del Salvador. La
ventaja es que, sobre la base del amor y de la adoración al
Salvador, podemos "construir" nuestro propio relato. Durante muchos
años la preocupación por lo ocurrido en esos tiempos de Nazaret
produjo, como decíamos, una enorme cantidad de textos apócrifos, sin
duda muy piadosos e bellamente ingenuos, pero sin rigor documental,
canónico o histórico.
4.- Pero ahora nos interesa profundizar un poco más en ese episodio
un poco misterioso de la pérdida del Niño Jesús. El relato de Lucas
tiene todo el dramatismo al que nos tiene acostumbrados. Para
cualquier padre o madre tener perdido a su hijo durante tres días es
un hecho terrible. También se relata como se produjo el problema y
la forma de organizarse las caravanas de peregrinos que iban o
regresaban de Jerusalén. Es apunte de gran valor histórico y
sociológico. Eran todos amigos y no era extraño que un grupo de
niños marchara en unión, sin el control director de sus
progenitores. Pero, en un momento dado, Maria y José se aperciben
que Jesús no está. María y José eran humildes. Los doctores de la
ley formaban una aristocracia real, no solo intelectual. La sorpresa
de ver a Jesús hablando “de tú a tu” con sacerdotes y doctores les
tuvo que llenar de estupor y hasta de un cierto temor contenido. “Al
verlo se quedaron atónitos”, dice el evangelista, y no era para
menos. A pesar de ello es su madre quien le reconviene su actitud y
expresa su angustia. La respuesta de ese niño de doce años es
también muy inesperada: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo
debía estar en la casa de mi Padre?” Y se añade que ellos –José y
María—no comprendieron lo que les decía. Se diga lo que se diga, no
es fácil interpretar esa respuesta, salvo incluyéndola en la
obediencia total que Jesús mantuvo durante toda su vida a los
designios del Padre de los Cielos. Pero luego de esto se inicia el
periodo desconocido al que me he referido antes y que se
6. - Tanto la primera lectura como la segunda de este domingo son
comunes en todos los ciclos litúrgicos. El texto que hemos oído en
primer lugar es del Libro del Eclesiástico y son consejos para la
armonía familiar. Ya el pueblo judío reconoció desde históricamente
muy temprano la importancia de la familia. Los consejos que nos da
este texto son perfectamente aplicables a nuestro tiempo y debemos
de tenerlos muy en cuenta. En el fragmento de la Carta de Pablo a
los Colosenses da consejos para conseguir la concordia entre los
primeros cristianos. Dichos consejos no "superaban" el ámbito
familiar porque la vida de las primitivas iglesias era como la de
una familia santa. No es mal "espejo" para hoy. Hace falta en
nuestras comunidades religiosas una mayor hermandad, una vida de
familia que hoy no existe. Las recomendaciones de Pablo de Tarso
incluyen en dicha "actividad familiar" la Liturgia con la alusión a
la Acción de Gracias. Finalmente, da algunos consejos muy oportunos
para estos tiempos, pero que, tal vez, son poco apreciados por las
familias, las parejas o las mujeres de hoy. Dice Pablo: "Mujeres,
vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el
Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con
ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta
al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan
los ánimos". Pablo tenia un sentido de la familia basada en la
propia estructura de la Iglesia. Cristo era la cabeza de ella, lo
mismo que el marido era la cabeza de la familia. No se trata de que
la mujer no acceda a sus derechos de igualdad. El mensaje de hoy es
que la familia necesita amor y armonía. Y esa armonía se consigue
con un cierto orden. Haría falta, pues, un núcleo coherente en el
interior de la familia que evitase cualquier dispersión. ¿A quien le
toca hoy ser cabeza de familia? Pues a quien pueda acometer esa
labor o tenga vocación por ella. Da igual que sea la mujer o el
hombre. La oración dirigida a la Familia de Nazaret, que es nuestra
Familia, nos servirá para conseguir nuestros propósitos de paz y
amor en el entorno familiar.
Fuente:
betania.es
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