De la mano de Jesus y María

Padre José Maria Maruri S.J

Lc  2, 16-21

1. - Cuando una flor nace el universo entero se hace primavera y a María le nació la primavera en sus brazos. Con un niño todo se hace maravilloso, cambia la vida entera, se hace todo nuevo. Por eso quizás al principio del año, en el año nuevo nos encontramos con María y en sus brazos su recién estrenado niño de ocho días.

Dejamos atrás un año y no sabemos si tenemos un año más o nos queda un año menos y todo depende de si hemos añadido años a nuestra vida o hemos añadido vida a nuestros años; es decir si hemos vivido este año que se nos escapa o nos lo han vivido, nos han forzado a vivirlo, llenos de tubos de “gota-gota”, máquinas que han mantenido en nosotros una vida que no es es vida.

Depende de si nos hemos movido arrastrados por la corriente como cantos rodados sin vida, aunque se mueven, o si luchando con la corriente hemos subido río arriba como los salmones. Si hemos vivido para la vida o hemos despachado la vida como un aburrido asunto más administrativo.

2. - Nos enfrentamos con un nuevo año y en la bruma de este 2007 no sabemos lo que nos espera. En el 2006 hemos asistido a muchos acontecimientos variados. Parecía que la economía se tambaleaba y que las buenas previsiones del 2006 se transformaban en otra cosa. No sabemos si el 2007 nos traerá una crisis más fuerte e, incluso, dicho a la antigua usanza, algún imperio podría caer, porque todos esos imperios tienen pies de barro si se fundan en pura economía, en el poder de las armas y si, de verdad, no buscan el bien de todos y cada uno de los hombres y mujeres de este planeta.

Habrá, sin duda, futurólogos ansiosos de predecir las gracias o desgracias de este 2007, como ya lo hicieron –hace ya unos cuantos años-- con el tan cacareado 2000. Pero lo importante no es preguntar sobre lo que nos espera, sino preguntarnos cada uno de nosotros que pensamos hacer con este Año Nuevo. ¿Vamos a hacer de él una cada vez más desvaída fotocopia de los años anteriores?

Como al mirar por el retrovisor el año 2006 que dejamos atrás, lo importante no es lo que ha sucedido, sino lo que hemos vivido. Así al enfrentarnos con el 2007, que se nos echa encima, lo importante es constatar si estamos dispuestos a enfrentarnos con él, con sinceridad, con coherencia humana y espiritual, con vitalidad. Si estamos dispuestos a luchar por una vida plena o nos vamos a contentar de nuevo con que nos mantengan artificialmente en la UVI.

3. - Miremos cada uno nuestras recién estrenadas agendas y miremos cada día con veneración, porque cada día no está marcado por una fecha, por un número, sino por una doble esperanza. Dios quiere encontrarnos cada día, nos espera cada día, espera algo de nosotros ese día, cada fecha es la fecha del reencuentro con el Señor.

Pero también los hombres nos esperan en la encrucijada de cada día. También nos esperan y esperan de nosotros. No los decepcionemos. Como hombres y como cristianos estamos llamados a pasar por el calendario haciendo el bien, como paso haciendo el bien Jesús de Nazaret. Pues eso espera Dios de nosotros casa día y en eso confían los hombres que nos necesitan.

4.- Comenzamos el año con María, la única que jamás defraudó ni a Dios ni a los hombres, que pasó por el mundo no sólo haciendo el bien, sino comunicando a todos el Bien que lleva en sus brazos.

Como niños de andar vacilante empezamos el año de la mano de Maria, que lleva de la otra mano al Jesús Niño, para que nuestros pasos se acompañen con los pasos también vacilantes de Jesús.

Fuente: betania.es