Con la fe de Abrahán comenzó la Antigua Alianza, con la de María se inaugura la Nueva

Padre Felipe Santos Campaña SBB

 

         También se puede comparar la fe de María con la de Abrahán que el Apóstol llama “nuestro padre en la fe”(Rm 4,12).

En la economía de la salvación revelada por Dios, la fe de Abrahán representa el comienzo de la Antigua Alianza; la fe de María en la Anunciación inaugura la Nueva Alianza. Como Abrahán, “esperando contra toda esperanza, creyó y llegó a ser así padre de una multitud de pueblos” (Rm 4,18). Al igual que María, en el momento de la Anunciación, después de haber dicho su condición de virgen (¿Cómo será esto si no conozco varón?), creyó que por el poder de Dios, ella iba a ser la Madre del Hijo de Dios siguiendo la revelación del ángel:” El santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios” (Lc 1,35).

Sin embargo las palabras de Isabel:” Bienaventurada la que ha creído” no se refieren sólo a este momento preciso de la Anunciación. Eso representa el punto culminante de la fe de María en su espera de Cristo, pero es también el punto culminante de la salida, el comienzo de todo su itinerario hacia Dios, de todo su camino en la fe.

Y en esta ruta, de una manera eminente y heroica tal y como ella había profesado.

Y esta obediencia de la fe en el itinerario de María, tendrá analogías impresionantes con la fe de Abrahán. Como el patriarca del Pueblo de Dios, María, “esperando contra toda esperanza” creyó durante todo el itinerario de su “FIAT” filial y materno.

En el curso de alguna etapas de esta ruta especialmente, la bendición concedida a la que creyó será manifestada con una gran evidencia.

Creer quiere decir “entregarse” a la verdad misma de la palabra de Dios vivo, sabiendo y reconociéndolo humildemente “ cuán insondables son tus decreto e incomprensibles tus caminos” ( Rm 11,33).

María que por voluntad eterna del Altísimo se encontró en el centro de estos “caminos incomprensibles” y de estos “decretos insondable” de Dios, se conforma con ellos en la oscuridad de la fe, aceptando plenamente con el corazón abierto a todo lo que estaba previsto en el plan divino.


Fuente: El universo de la Sagrada Familia