Los dos servidores (II)

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Entonces, la madre de Dios le presentó Domingo a Nuestro Señor . "Lo acepto, dijo Jesús, él cumplirá celosamente lo que has dicho." En seguida le presentó a Francisco ; y nuestro Salvador también lo aprobó. 

Al día siguiente, Domingo encuentra en una iglesia a ese compañero desconocido y según la visión de la noche anterior, en seguida lo reconoce. Se echa en sus brazos y acercándoselo al pecho lo abraza con efusión y le dice: "tú eres mi hermano de armas; caminaremos juntos y ningún enemigo prevalecerá ante nosotros." 

Entonces, le contó su visión. Desde ese momento, serían un solo corazón y una sola alma ante Dios; a quien le pidieron que fuera igual entre ellos, siempre, con amor y reverencia. Ese gesto simple dejaría sobre el océano de los siglos una huella imborrable. En ella las dos órdenes mendicantes encuentran el símbolo de su alianza eterna . Por esta razón, el Patriarca de los Predicadores tiene un lugar entre nosotros y el merecido titulo de Padre. 

Las Florecillas de San Francisco 
Segunda serie p. 187

Fuente: mariedenazareth.com