San Juan Diego

José Luis Solís Rincón (Seminarista)

 

Él mismo dice a la Virgen excusándose del cargo de ser su mensajero ante el obispo Zumarraga, que es “un hombre de campo, un mecapal, una angarrilla, un rabo, un ala y necesito ser conducido, llevado a cuestas

Se dice que su nombre indígena fue cuauhtlatòhuac, cuya traducción es: “el que habla como águila” o “el águila que habla”.
Nació hacia 1474 en el “Calpulli” (caserío en náhuatl) de Tlayàcac , en el señorío de Cuautitlàn. Este territorio había sido asimilado ese mismo año por los aztecas de Tenochtitlan. El calpulli era una organización de tipo familiar. Nada sabemos acerca de sus padres , pero sí que tenía un tío llamado Juan Bernardino y que, en época de las apariciones, sus padres ya habían fallecido, ocupando, por este motivo, su tío Juan Bernardino el cargo de tutor suyo. Este cargo equivale a lo que nosotros conocemos como “padrino”.

En la complicada estratificación social náhuatl, Cuauhtlatòhuac, era un “macehualtzintl”, es decir, un hombre de pueblo. Él mismo dice a la Virgen excusándose del cargo de ser su mensajero ante el obispo Zumarraga, que es “un hombre de campo, un mecapal, una angarrilla, un rabo, un ala y necesito ser conducido, llevado a cuestas”. En el siglo XVII un historiador lo describe como “un plebeyo pobre, humilde y sin doblez”. No pertenecía , pues, a ninguna de las aristocráticas familias aztecas; su ascendencia era más bien chichimeca.

Hacia 1517, teniendo unos 42 años, se casó con una joven de nombre Malitzin. Afirma el “Nican Mopohua”, doento más antiguo que existe sobre las apariciones del Tepeyac, “que ambos vivieron castamente”. Este matrimonio recibió el bautismo hacia 1524; él tomó el nombre de Juan Diego y ella el de Maria Lucía.
Unos trece años más tarde ella falleció y Juan Diego permaneció viudo hasta su muerte.
La aparición del Tepeyac calza exactamente con estos criterios de Dios: la virgen habla náhuatl, escoge a un hombre que pertenece a la raza de ésta recibiendo la fe, se manifiesta con los rasgos físicos de su pueblo. 
Una vez pasada la maravillosa experiencia del Tepeyac con la Señora del cielo, se dedicó a cuidar la imagen.

Juan Diego murió a los 74 años de edad.

El Papa Juan Pablo II lo beatificó el 6 de mayo de 1990 en la Basílica de Guadalupe. Él mismo ordenó que la fiesta del santo se celebrara el 9 de diciembre, fecha en que comenzaron las apariciones.

Las palabras de la Virgen: “yo te pagaré tu preocupación y trabajo, y el cansancio que por mí has tomado”, se vieron realizadas el 31 de julio del 2002, cuando su santidad Juan Pablo II visitó México para realizar su beatificación." 

Fuente: Semanario Diocesano de Celaya, México