María, la Madre dolorosa

Padre Francisco Escobar Mireles

 

María, la Madre dolorosa, recuerda cuando recibió en sus manos el cuerpo ensangrentado y rígido de su Hijo. Lo tiene en sus brazos, como cuando era niño, pero ¡qué diferencia!. Con la muerte había coronado su misión, y ella también había coronado su misión de madre. Ahora sí es madre en plenitud del Cristo que amó hasta el heroísmo y desinteresadamente. Es la Madre de quien da la vida desde la Cruz. 

Pero nosotros estamos lejos de tener comunidades vivas y dinámicas que sean espacios privilegiados de evangelización. Nuestros agentes de pastoral no siempre son promotores de la santidad y comunión de la Iglesia. No hay testimonios fuertes que nos motiven a superarnos. No vemos la dimensión de promoción humana que encierra la vivencia del Evangelio.